Entrada MÚSICA Y DVDs « Negros » y Blancos en el cine: una comparativa entre Francia y Estados Unidos
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Escrito por DR. REGIS DUBOIS PH.D   
Viernes 16 de Diciembre de 2016 10:26

 

 

« En Estados Unidos, Halle Berry, Will Smith y Denzel Washington ocupan el lugar de honor de la taquilla. ¿Y en Francia? ¿Por qué hay tan pocos actores de origen Africano? »–se preguntaba Olivier De Bruyn en 2008 en su artículo Cine francés: ¿dónde están los « negros »?, publicado en la página web Rue 891.

De hecho, un internauta propone a sus conciudadanos el reto de citar diez nombres de actores franceses de origen africano, cuando es bastante fácil nombrar unas decenas de americanos2. Es un hecho, la cuestión del color de piel de este lado del Atlántico es a menudo comparada con el ejemplo estadounidense, sobre todo tras la elección de Barack Obama en 2008 y después de la tremenda llegada de 12 Years a Slave a los Óscar en 2014, hechos que hacen aún más evidente este contraste. Citemos como ejemplo este artículo publicado en Le Monde en 2008, titulado La cuestión del color de piel en Francia frente al espejo americano3. Este mismo espíritu comparatista dirige los trabajos del americanista Pap NDiaye en su obra de referencia, La condición negra en Francia: ensayo sobre una minoría francesa, 2008. ¿Cuál es entonces la imagen de los actores de origen Africano en el cine francés con respecto a la del cine hollywoodiense? 

Actores franceses de origen Africano invisibles

No podemos negar que los actores Afro-americanos están mucho más presentes en las pantallas que los franceses de origen Africano que permanecen, en comparación, relativamente invisibles- excepto algunos rostros conocidos: Pascal Legitimus, Firmine Richard, Aissa Maiga, Edouard Montoute, Joey Starr y Omar Sy por nombrar algunos. Simplemente comparemos los Óscar con los César: 15 premios de interpretación para los Afro-americanos, de los cuales 13 se otorgaron en los años 804. Por su parte, los César… tres premios en 40 años: “Mejor Actor Revelación” para Isaac de Bankolé en 1987 por su actuación en Black mic-mac, “Mejor Actor” para Omar Sy en 2012 en Los Intocables y “Mejor Actriz Revelación” para Zita Hanrot en 2016 por su actuación en Fátima5. Los ganadores de premios César de origen Africano representan solamente un 1.3 % de la media de premios otorgados desde la creación de los César en 1976, frente a un 8 % de los Afro-americanos en los Óscar6. Hay un gran desnivel, tanto como para crear las “Cesaire”, ceremonia de entrega de “César a actores de origen Africano”, y así recompensar a los actores que viven esta diáspora negra. « Existen muchos trofeos para los Blancos, ¿por qué no han de haber para nosotros? », explicaba Mouss Diouf con motivo de la edición 20087. Recordemos que desde el año 2000, el colectivo Egalité se invitó a la 25 edición de los César para denunciar que las pantallas eran « demasiado blancas ».

¿Han cambiado las cosas desde entonces? Numerosos eventos mediáticos han alimentado la controversia durante estos últimos años (el caso Dieudonné, Loi Taubira reconoce la esclavitud como un crimen contra la humanidad tras la polémica ley sobre “los beneficios de la colonización”, la creación del Consejo Representante de las Asociaciones Negras en Francia…) y han probado de forma incontestable que existe una toma de consciencia del « problema negro » al estilo francés. Pero también constatamos que los actos concretos tardan un poco en hacerse sentir a pesar del compromiso que hizo el gobierno después de los disturbios que tuvieron lugar en los barrios marginales en 2005 a favor de la visibilidad de las minorías en los medios de comunicación8.

Los franceses de origen Africano y los Afro-americanos

Antes de adentrarnos en la imagen de los actores franceses de origen Africano en el cine francés comparada a la de los Afro-americanos en Hollywood, procedamos a comparar estas dos comunidades. En efecto, una de las primeras explicaciones del desnivel entre Francia y los Estados Unidos en cuanto a su tratamiento mediático es que se trata de dos historias diferentes y dos « problemas diferentes ». ¿Qué relación existe entre ellos? Así, algunos dirán que para empezar en Estados Unidos la comunidad Afro-americana es mucho más importante que aquí, como muestran las cifras de 12,6 % en EE. UU. frente a entre 4 % y 10 % según las estimaciones, ya sean altas o bajas9. Además, según los autores de Paris Noir, 2001, los descendientes de Africanos representarían hoy: « casi dos parisinos entre diez », o sea el 20 % de los habitantes de la capital- donde se ruedan la mayoría de las películas francesas. Según ellos, París se ha: « llenado de mestizaje en algo más de un siglo, tanto que la población Mestiza o de origen Africano rivaliza con algunas de las metrópolis americanas10. »

El segundo argumento al que recurren a menudo los mismos actores de origen Africano11 es la heterogeneidad de esta comunidad en Francia, constituida de un lado por los DOM (Antillas, Guayana y Reunión) y por otro de inmigrantes africanos más o menos recién llegados y de sus descendientes. Asumimos pues que la vida, la historia y la cultura de unos y otros no es la misma, sin olvidar que la comunidad Afro-americana de EE. UU. tampoco es un bloque homogéneo. Sidney Poitier por ejemplo viene de las Bahamas, Issac de Bankolé (Ghost Dog, Miami Vice, Casino Royal) es marfileño y Djimon Hounsou (Amistad, Gladiatro, Blood Diamond) nació en Benin. En cuanto a Amadou Diallo, fallecido por los tiros de un policía en el Bronx en 1999, se convirtió al instante en el símbolo del racismo policial contra los Afro-americanos, al igual que Rodney King, aunque hubiera llegado de África a los EE.UU. tan solo tres años antes. ¿No ocurrió lo mismo con Nafissatou Diallo en el caso DSK? De hecho, en los años 60 existía una diferencia importante entre los Afro-americanos del sur que vivían bajo el yugo de la segregación y los Afro-americanos « libres » del Norte, sin contar las divisiones de clase, castas y religiones. Sin embargo, todos eran muy conscientes de que iban a compartir la misma suerte en el momento de luchar por sus derechos civiles.

En Francia ocurre lo mismo, la « minoría negra » “forma una población extraordinariamente dividida, sin ninguna consciencia de Comunidad unida; más bien con un sentimiento a menudo pasivo de pertenencia “racial” común que la sociedad francesa rechaza12” (Fred Constant). Dicho de otra forma, como Pap NDiaye, el término minoría negra está justificado en el sentido en que « delimita un grupo de personas unidas por la experiencia social de ser considerado negro13». ¿Quién niega que ante al antisemitismo Ashkénazes y Sefarades comparten la misma suerte?

Finalmente el último argumento, la Historia. Por supuesto que la de los Afro-americanos no es la misma que la de los descendientes de Africanos franceses. Pero, ¿es tanta la diferencia cuando se trata de racismo? El concepto de «negritude» y el combate intelectual dirigido por Senghor y Cesaire en la post-guerra es tan diferente del que tuvo lugar en EE. UU. con los Wright, Baldwin; Malcom X o Martin Luther King? Y las luchas anticoloniales, ¿no sirven también para conseguir los derechos civiles y eliminar la segregación de la misma época? En fin, no olvidemos que Francia también ha saqueado, masacrado, deportado y explotado a los Africanos durante varios siglos y que ha construido su poder con la esclavitud y la colonización. Recordemos también que nuestro país ganó las dos Guerras Mundiales contra Alemania gracias a las riquezas de sus colonias. Por último, los franceses « negros », descendientes de esclavos o no, antillanos o de origen Africano, ¿no deben tener el mismo destino en la Francia metropolitana? ¿No deben igualmente soportar la misma discriminación asociada a esta idea arcaica y persistente de que para ser francés hay que ser blanco? Recordemos que según un estudio realizado en 2007, un 56 % de los franceses « negros », se sienten discriminados14.

El ejemplo hollywoodiense

El « problema negro » francés no sería tan diferente que el de los Afro-americanos. Como prueba pongamos la forma en que varias películas que evocan esta cuestión se inspiran, directa o indirectamente, conscientemente o no, de las producciones americanas. El mejor ejemplo y un símbolo inminente es el de Tropiques amers (2007), novela de 6 episodios que evoca la esclavitud en Martinica realizada por el guadalupeño Jean-Claude Barny y difundida en las cadenas de televisión francesas exactamente 30 años después de la célebre serie Raza en EE. UU. Ambas producciones promocionan un abundante reparto « negro » y relatan una historia densa y dramática buscando el mismo objetivo: devolver al pueblo « negro» de la diáspora africana su historia, sus memorias y su orgullo. Aquí como allí, el objetivo se vuelca sin concesiones sobre la « Institución particular» y la responsabilidad de los Blancos, pero sin maniqueísmo. Raza obtuvo un enorme éxito de audiencia, sin precedentes, y permitió que los Afro-americanos se reconciliaran definitivamente con sus raíces africanas. Este es un ejemplo de la escuela americana que tendrá quizás el mismo éxito aquí15. Otro ejemplo que impresiona por su mimetismo es Metisse (1993), la primera película de Mattieu Kassovitz que comparte muchos puntos con She’s Gotta Have It, (1986), la primera película de Spike Lee que inspiró claramente a Kassovitz.

Para los que sigan dudando, recordemos que en ambos casos se trata de la historia de una joven de origen Africano (Nola/Lola) decidida a escoger entre sus amantes al que compartirá con ella su vida en adelante. Tampoco olvidemos el paralelismo que se da entre La Haine (1995) y Do The Right Thing (Spike Lee, 1989), sobre todo en cuanto al desarrollo de la historia en 24 horas y a la alusión que hacen a los disturbios de los barrios marginales.

De igual modo podríamos enumerar más ejemplos: Lumumba (2000) del haitiano Raoul Peck (coproducción y reparto franceses) ocupa sin duda el mismo puesto que Malcolm X de Spike Lee (1992); ambas tratan la celebración de una figura histórica de los 60 sacrificada en el altar de la disolución/descolonización, con el mismo aire épico y trágico y las mismas cualidades de realización e interpretación. Aliker (2009), del realizador martiniqués Guy Deslauriers, evoca el destino trágico de un periodista contratado en Martinica en los años 30 y está en perfecta sintonía con las demás. Citemos también las similitudes entre 1802, l’époque guadeloupéenne (2005), del pionero guadalupeño Christian Lara, que narra la resistencia desesperada de Louis Delgres contra la armada napoleónica que vino a restablecer la esclavitud en las Antillas, y Glory (1989) de Edward Zwick que revive la lucha, también en vano, de los voluntarios Afro-americanos del regimiento de Massachusetts durante la Guerra de Secesión. ¿No tiene algo parecido La Première étoile (2008) de Lucien Jean-Baptiste con el Show de Bill Cosby rehecho al estilo Rasta Rockett (1993)? Como último ejemplo, el de Agathe Cléry d’Etienne Chatillez (2008) que recuerda de forma extraña la primera película hollywoodiense de Melvin Van Peebles, Watermelon Man (1970), en la que un hombre blanco se despierta « negro » de la noche al día. ¿Notan que se dan las mismas problemáticas, por no decir fantasías y fobias, en la sociedad francesa y la estadounidense?

Un resultado mitigado…

Entonces, sí, aquí las cosas también cambian, pero lentamente. Sí, los tabús van cayendo poco a poco y ciertos temas prohibidos hasta ahora en el cine francés van encontrando la forma de ser llevados a la pantalla. Especialmente el de la esclavitud con Le Passage du milieu (1999) de Guy Deslauriers, 1802, l’épopée guadeloupéenne (2005) de Christian Lara y Case Départ (2010) de Thomas N’Gijol, Fabrice Eboué y Lionel Steketee. O el de las épocas pre colonial y colonial con Man to man (2005) de Regis Wargnier o La Venus noire (2009) de Abdellatif Kechiche. O también la condición actual de los inmigrantes africanos y de sus hijos con, por ejemplo, La Squale (2000) de Fabrice Genestal, Qu’Allah bénise la France de Abd Al Malik o Samba (2014) de Nakache y Toledano. O incluso el destino de los jóvenes antillanos condenados al paro (Nèg maron, de Jean-Claude Barny, 2004). Y, por supuesto, otras películas más ligeras como Antilles sur Seine (2000) de Pascal Legitimus o La Première étoile (2008) de Lucien Jean-Baptiste. Así que se ha progresado, pero ¿con cuántos años de diferencia con los Estados Unidos?

Es más, la mayoría de estas películas han logrado un éxito más discreto que el de las películas Afro-americanas. Y cierta inexperiencia muestra también el gran retraso del cine francés, como prueba mencionemos la pequeña polémica que acompañó el estreno de la película L’Autre Dumas (2009) de Safy Nebbou con Gerard Depardieu. Veamos lo que escribe Patrick Lozes en su blog: Alexandre Dumas se describe a sí mismo en sus Memoria como un « negro con pelo crespo », que « habla con un ligero acento criollo ». La decisión de encarnar su personaje con un actor blanco, Gerard Depardieu, ridículamente vestido para la ocasión con una peluca rizada y una capa espesa de maquillaje. « Es incomprensible y grotesco ». Continua diciendo, « Imaginemos por un momento que vemos interpretar el papel de Marguerite Duras por la actriz de color Aissa Maiga o el de Emile Zola por el actor de color Jimmy Jean Louis ». En efecto, lo que más puede chocarnos aquí es el uso del maquillaje, por muy discreto que sea, ya que evoca la tradición del « minstrel show » y de los « blackface » cuya lógica fue condenada duramente en The Very Black Show en el 2000. Otra razón para ofuscarse es la idea relativamente extendida de que los actores de origen Africano no son « rentables », es decir, no atraen mucha audiencia. Sin embargo, por algún lado habrá que empezar. Denzel Washington no se convirtió en una estrella multi-Óscar de un día para otro…

En fin, el día en que en Francia podamos producir el equivalente a las películas La Rafle (2010) o Indigènes (2006) pero aludiendo a la esclavitud o al destino de los tiradores (a semejanza de la famosa Camp de Thiaroye del senegalés Sembene Ousmane estrenada en 1988), las cosas habrán cambiado de verdad. Si es posible para la población de origen magrebí16, entonces ¿por qué no para la comunidad de origen Africano?

Para concluir, recordemos que hubo un tiempo en que Francia, París particularmente, atraía a los artistas Afro-americanos que venían a buscar aquí un refugio pacífico lejos del racismo americano. Esto fue durante los años 20, 30, 40 y 50 y podemos nombrar a Jack Johnson, Josephine Baker, Sidney Bechet, Richard Wright, Chester Himes, James Baldwin, Melvin Van Peebles... Por desgracia, hoy ocurre lo contrario. La mirada de los jóvenes actores franceses de origen Africano se gira inmutablemente hacia los Estados Unidos, el país que ha escogido a un presidente Afro-americano. ¿Cómo no se van a ir hasta allí para hacer carrera? Y, ¿qué es lo que ha ocurrido entre estos dos momentos?

Este artículo es un extracto del libro del Dr. Dubois Les Noirs dans le cinéma français (Lettmotif 2016)


[Traducciones del francés por Amina Ortega que es, entre otros, licenciada en Traducción e Interpretación. Pueden contactar con ella en    Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla ]

 Nota de la directora editorial, Patricia Turnier:  la palabra negro se puso entre comillas en la traducción, ya que es peyorativa.

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1 rue89.com (25/11/2011)
2 forumfr.com (22/11/2010)
3 lemonde.fr (20/09/2008)
4 Hattie McDaniel (segundo papel, 1940), Sidney Poitier, (primer papel, 1963), Louis Gossett Jr. (segundo, 1983), Denzel Washington (segundo, 1990), Whoopi Goldberg (segundo, 1991), Cuba Gooding Jr. (segundo 1997), Denzel Washington (primer, 2002), Halle Berry (primer, 2002), Jamie Foxx (primer, 2005), Morgan Freeman (segundo, 2005), Forest Whitaker (primer, 2007), Jennifer Hudson (segundo, 2007), Mo’Nique (segundo, 2010), Octavia Spencer (segundo, 2012), Lupita Nyong'o (segundo, 2014).
5 Nota de la directora editorial, Patricia Turnier : Zita Hanrot (que aparece en Fátima, 2015, una co-producción francesa y canadiense) ha obtenido un César por su papel no estereotipado de estudiante de medicina. Hasta hoy, ninguna persona de origen Africano ha sido nominada o ha ganado un Óscar en 88 años por un papel similar. 
6 164 César para los primeros y segundos papeles masculinos y femeninos se han atribuido desde 1976 (la 41 edición tuvo lugar en 2016) y 66 premios de actores revelación masculinos y femeninos desde 1983, o sea tres César « de color » por cada 230 premios. En Estados Unidos se han otorgado 15 Óscar « de color » por cada 352 premios de interpretación desde 1929 (la edición número 88 tuvo lugar en 2016), es decir, un 4,5 % de las recompensas. Sin embargo, si tomamos en cuenta solo los últimos 41 años, como con los César, este porcentaje se aumenta al 8 %.
7 « Des César pour les Noirs ? » por Cyril Bennasar, causeur.fr (5/10/2008).
8 Cfr. a la creación por parte del Estado de una comisión llamada « imágenes de la diversidad » en el seno de la CNN con objeto de luchar contra la discriminación hacia las minorías visibles en el sector audiovisual. La comisión ha apoyado la creación de 412 obras (128 de las cuales son de ficción) entre 2007 y 2010- como Indigènes, Entre les murs, La Première étoile, Venus noire- y ha atribuido 12 millones de Euros de ayudas (5,5 para las obras de ficción). 
El resumen está disponible en la siguiente dirección: http://www.lacse.fr/ressources/files/Accueil___new/bilan_diversite2010.pdf
9 Según un sondeo realizado por el CRAN (Consejo Representante de las Asociaciones Negras de Francia) en 2007, habría en el país (territorios de ultramar incluidos) algo menos de 2 millones de personas de « color » en edad para votar, esto es un 4 % de la población francesa, cfr. Falila Gbadamassi «”Noirs” de France : une étude statistique leur est consacrée pour la première fois », afrik.com, enero de 2007. Pero como dicen los autores de La France noire (2011), es mucho más justo esta población total entra 5% y 10% (entre 3 y 5,5 millones de individuos).
10 Le Paris noir de P. Blanchard, E. Deroo y G. Manceron, Hazan, 2001, pg. 8.
11 Esto me hace pensar precisamente en un comentario lanzado por el actor guadalupeño Greg Germain en un plató de televisión que decía que el éxito de Fatou la Malienne (TV, 2001) no le concernía en absoluto.
12 Fred Constant, « Les Noirs en France, anatomie d’un groupe invisible », bondamanjak.com, septiembre de 2008.
13 S. Hauteville y Sylvain Pattieu, « La gauche et la “question noire” : entretien avec Pap NDiaye », contretemps.eu
14 « ”Noirs” de France : une étude statistique leur est consacrée pour la première fois » par Falila Gbadamassi, afrik.com (31/01/2007).
15 La serie Tropiques amers (2007) difundida por France 3 fue un éxito que congregó entre 4 y 5 millones de telespectadores por episodio, es decir, casi un 20% de la audiencia (segundo puesto en el récord de audiencia). En cuanto a Racines (cadena ABC, 8 episodios, 1977), un fenómeno inigualable que logró una media de 80 millones de espectadores por episodio (y hasta 100 millones en el último episodio- casi la mitad de la población americana) o sea, entre el 0 y el 70% de la audiencia (fuente: Wikipedia EE. UU.)
16 Los actores y realizadores de ascendencia magrebí se han abierto paso en el cine francés estos últimos 15 años. Como demuestran los César entregados a Tahar Rahim en 2010 por su primer papel en Un prophète, así como los premios a actriz revelación y papel secundario otorgados a Rachida Brakni en 2002, (Chaos), Hafsia Herzi en 2008 (La Graine et le mulet), Sami Bouajila en 2008 (Les Témoins), Leila Behkti en 2011 (Tout ce qui brille), Naidra Ayadi en 2012 (Polisse) y Reda Kateb en 2015 (Hippocrate). Premios significativos a los que, por supuesto, hay que agregar el premio a la interpretación concedido al reparto de Indigènes de Rachid Bouchareb en Cannes en 2006, gran recompensa a las finas flores árabes de estos últimos años: Jamel Debbouze, Samy Naceri, Roschdy Zem y Sami Bouajila. En cuanto a la realización, hay que citar Adellatif Kechiche, César al mejor realizador en 2005 y 2008 y Palma de Oro en 2013 por L’Esquive, La Graine et le Mulet y La Vie d’Adèle respectivamente.

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Sobre el autor: el Dr. Regis Dubois es un talentoso Doctor en Cinematografía de la Universidad de Aix-Marseille (su tesis obtenida en 2002 trató el tema del “Cine afro-americano: panorama político y discursos ideológicos”). Es escritor, periodista, realizador y profesor en Marsella, Francia. Ha escrito sobre todo para CinémAction, Télérama, Le Monde Diplomatique, Manière de Voir, L’Oeil, Contretemps, Brazil, Tausend Augen y Africultures y ha publicado, entre otros, Le Cinéma des Noirs américains (Le Cerf/Corlet 2005), Une Histoire politique du cinéma (Sulliver, 2007), Hollywood, cinéma et idéologie (Sulliver, 2008) y Les Noirs dans le cinéma français : de Joséphine Baker à Omar Sy (LettMotif, 2016). Dirige el sitio web lesensdesimages.com y ha realizado el siguiente documental (entre otros): http://megadiversite.com/md-tv/205-a-lombre-dhollywood-le-cinema-noir-independant-1910-1950-.html. ha sido entrevistado en uno de los más grandes periódicos franceses, Le Monde. También se le ha citado en revistas como Jeune Afrique. Pueden ponerse en contacto con él en:  Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla .