Entrevista Exclusiva con la Magnífica Escritora: Alexis Wilson Imprimir
Escrito por Patricia Turnier   
Sábado 25 de Junio de 2016 00:00

 

Alexis Wilson nació en Holanda, el baile siempre formó parte de su vida, de hecho, empezó a bailar al mismo momento que aprendió a andar. Sus padres,  el famoso director y coreógrafo Billy Wilson y la prima ballerina holandesa Sonjia Van Beers eran estrellas europeas en el Ballet Nacional de Los Países Bajos (llamado ahora el Ballet Nacional de Holanda).  En 1960, el Sr. Wilson creó el papel principal de Otelo del muy respetado coreógrafo Serge Lifar y este papel convirtió a Bill Wilson en  una estrella internacional del ballet. Más adelante en los 60, los padres de Alexis Wilson fueron a los EE. UU. para fundar el Dance Theater de Boston. Unos años más tarde, después de que la pareja se divorciara, Alexis Wilson se mudó a la ciudad de Nueva York con su hermano y su padre. A los 11 años empezó a estudiar formalmente ballet clásico en The New York School of Ballet. Se convirtió en la bailarina más joven cuando actuó con su pequeña compañía (The U. S. Terpsichore) en una adaptación de Giselle. Alexis Wilson recibió una beca completa para dedicarse a su carrera profesional de bailarina. Con 14 años de edad formó parte del DTH (The Dance Theater of Harlem) como bailarina aprendiz y actuó en los ballets de The Four Temperaments, Serenade, Swan Lake y Dougla.

Continuó avanzando rápidamente para convertirse en una bailarina destacada del especial de televisión de los Emmy Award Blues y Gone. Después de su aparición como bailarina en la película de Francis Ford Coppolla “The Cotton Club”, obtuvo su Licenciatura en Bellas Artes (BFA) en la categoría de teatro en la Universidad de Carnegie-Mellon en 1985. De ahí en adelante se fue a Europa y participó en conciertos y en festivales de baile. Regresó a los EE. UU. a principios de los 90 y fue bailarina en los Essence Awards de Nueva York, espectáculo coreografiado por Michael Peters (que también realizó el Thriller, Beat It y muchos hits más de Michael Jackson). Además, también fue profesora de baile, asistente de coreografía, escribió un musical completo, así como un homenaje narrativo sobre las contribuciones de su padre para PBS Televisión. Más tarde contribuyó con historias cortas en los siguientes libros:  Before I Got Here: The Wondrous Things We Hear When We Listen to the Souls of Our Children, editado por Blair Underwood y Not in My Family: AIDS in the African-American Community, editado por Gil Robertson. La señora Wilson escribió poemas que fueron publicados en varias colecciones.  Recientemente ha llevado a escena Rosa, personaje representado por la bailarina Joyelle Foobbs el 26 de enero de 2013 en el Columbus Thearter de Ohaio en honor a la difunta Rosa Parks. En esta actuación, la cantante ganadora del Grammy Roberta Flack cantó de manera sublime “I told Jesus”. Los lectores podrán ver este vídeo en Youtube después del final de esta entrevista.

Después del fallecimiento de su padre en 1994, la señora Wilson dejó de actuar y empezó a trabajar como técnica, socia, colaboradora y asistente de casting para Peter Wise de Wise & Socios, compañía que se ocupa de los anuncios publicitarios nacionales y de producciones teatrales tales como Twist y el gran éxito de Brodway Smokey Joe’s Café. También participó en proyectos filantrópicos dirigidos a personas que necesitan alimentos y también a los afectados por el SIDA.

Alexis Wilson escribió su autobiografía, obra que no trata solo de la historia de una persona. Empecemos presentando a su difunto padre, que fue el primero que inspiró a la escritora a hacer este libro. Billy Wilson fue  bailarín y coreógrafo de ballets y musicales teatrales, formando parte del pequeño grupo de coreógrafos Afro-americanos que crearon obras para Brodway. A los 7 años empezó a bailar en el Philadelphia Creative Dance Group y ya tenía una amplia gama de talentos: claqué, tango, ballet y aún más. Trabajó con personas de alta envergadura de la industria del entretenimiento como Maurice Hines, quien creó un número de tango para su hija Alexis Wilson en el musical Harlem Suite. En Ámsterdam, montó el musical Josephine, un homenaje a Josephine Baker y también A Night at the Cotton Club. Bailó en el West Side Story en Londres. En 1976, Billy Wilson dirigió al mismo tiempo dos espectáculos de gran éxito en Brodway, Bubbling Brown Sugar y la versión Afro-americana de Guys and Dolls. También obtuvo tres nominaciones a Tony por su trabajó y montó varios ballets para la compañía de Alvin Ailey. Por eso, en 1992 creó un nuevo ballet para The Alvin Ailey American Dance Theater, llamado The Winter in Lisbon, un homenaje al fallecido Dizzy Gillespie, uno de los ballets más aclamados del Sr. Wilson. Además, dirigió Les Deux y Black Light para el Dance Theater of Boston; ambas obras fueron representadas ante un público especializado y obtuvieron excelentes críticas que se publicaron en la revista Ebony y en el New York Times.

De forma general, podemos decir que Billy Wilson fue un coreógrafo muy respetado que creó más de 35 ballets para compañías de baile tales como The Alvin Ailey American Dance Theater y Opus 1, en Ámsterdam, Holanda. Además, también realizó las coreografías de 8 musicales de Brodway, entre otros espectáculos. Billy Wilson dirigió una famosa compañía de Harvard y presidió el Harvard University’s Hasty Pudding Theatricals, la organización teatral más antigua de América. Los espectáculos presentados por los estudiantes de Hasty Pudding cuentan con personas ilustres como Franklin D. Roosevelt. También fue profesor en el Cambridge School of Ballet y, durante este programa escolar, pudo descubrir niños con talento que provenían de los barrios más desfavorecidos de Cambridge y Boston. Además, realizó la coreografía del programa de televisión para niños ganador de dos premios Emmy, Zoom. Los trabajos de Wilson forman parte del repertorio actual de The Alvin Ailey American Dance Theater, Dayton Contemporary Dance Company, Philadanco (Compañía de Baile de Filadelfia) y el Dance Theater of Harlem.

La señora Wilson perdió a su padre en agosto de 1994, cuando tenía 59. La pareja de su padre, Chip Garnett falleció a los 49. Ambos murieron por el SIDA con solo 6 meses de diferencia. La pareja estuvo unida durante 18 años. Tras estas pérdidas, Alexis Wilson sintió la necesidad de escribir sobre su familia nada tradicional para expresar sus vivencias y sentimientos sobre su educación. Not So Black and White es el primer libro de Alexis Wilson. El título de la autobiografía evoca la herencia mixta de la señorita Wilson y lo que ocurrió en consecuencia en su vida y recuerda además al público que existen zonas grises en la vida y que las cosas no son absolutamente blancas o negras. La adorable imagen de portada del libro, donde Alexis aparece durmiendo tiernamente sobre su padre, muestra la cercanía que tenía con él. Los diversos tonos de color del cielo de esta imagen reflejan el carácter multidimensional de la vida de la autora y de su padre. La autobiografía comienza con un precioso Negro Espiritual seguido de un impresionante prefacio escrito por Blair Underwood- actor nominado al Golden Globe y ganador del premio al “Mejor artista del año” de la Universidad de Harvard/Harvard Foundation, entre otros premios prestigiosos.

Estas memorias narran rigurosamente muchos aspectos de la trayectoria de la señorita Wilson y registran su amor por el baile y otras formas de arte a través de su historia, su familia, sus alegrías, sus penas- solo vio a su madre (que abandonó la familia tras el divorcio) tres veces en 30 años- su ira, sus secretos y mucho más. La autobiografía la motivó a profundizar en las zonas no confortables dando autenticidad a estas memorias. El libro muestra su aceptación del tipo de familia no tradicional basada en los cuidados del padre. A pesar de todo, el amor que la señorita Wilson recibió de su padre fue deslumbrante, su historia es muy conmovedora. Los lectores llorarán, reirán y se quedarán sin palabras en algunos pasajes: este libro tiene el poder de hacer pasar al público por todo tipo de emociones. Las memorias tienen un tono visceral y artístico con poesía en prosa, los lectores podrán deleitarse con la música, el baile y aún más. La escritora nos hace conocer un mundo fascinante y lleno de ritmo que hará crecer al público disfrutando la lectura de esta gran historia.

Las memorias de la señora Wilson tienen un carácter polifacético y son un espectacular y tremendo viaje que hará disfrutar de verdad a todo bibliófilo y a todo al que le guste el mundo del baile. Como bailarina semiprofesional de claqué por casi 15 años, la lectura de este libro me ha fascinado. Sobre todo ciertas experiencias de la señora Wilson como tener a Maurice Hines como mentor en el musical Harlem Suite o cuando conoció a leyendas tales como Sammy Davis Jr. Los amantes del baile tendrán el placer de leer sobre “pliés” y sobre todo el trabajo que se requiere para montar grandes espectáculos bajo las luces de Brodway y otras instalaciones de prestigio. Sin mencionar que podrán tener el gusto de contemplar las hermosas fotografías (la señora Wilson como bailarina durante su niñez, como invitada en la Alvin Ailey American Dance Gala, etc) que se incluyen el libro. La autobiografía no dejará frío a ningún lector, especialmente a aquellos que han sufrido la pérdida de algún ser querido. Not So Black and White tiene el poder de atraer a personas con estilos de vida muy diferentes.  El libro abarca muchos temas: la dualidad, el abandono, la homosexualidad, el baile, el amor, la resistencia, la ira, el perdón, la familia, etc. A pesar de sus heridas, la señora Wilson narra desde dentro su dificultosa educación y lo hace de la forma más respetuosa posible.

Como mencionamos arriba, se da una amplia gama de emociones en este libro: pena, humor, placer y mucho más. Las memorias constituyen un tributo a aquellos que han caído con el SIDA y al padre de la señora Wilson. Su amado padre es su fuente de inspiración, es quien la animó a escribir sus memorias en la forma literaria de prosa poética. Y constituyen también un legado especialmente para su familia, para los amantes del mundo del arte y para las personas que abrazan la diversidad. La escritora dedicó el libro a su difunto padre y a otras personas que la apoyaron como su esposo- el músico, trompetista y director de orquesta de jazz Byron Stripling. Not So Black and White es un libro apasionante que nos introduce en la cultura del arte y en una infinidad de mundos a través de la perspectiva de la autora. Las memorias estuvieron en nuestra lista top 20 del otoño pasado: http://www.megadiversities.com/books/251.html

La autora Alexis Wilson es muy elocuente y también bilingüe; habla inglés y holandés. Sorprendentemente, Not So Black and White es su primer libro y lo publicó ella misma. Wilson es una autora bien dotada, sus memorias tienen el calibre para poder convertirse en bestseller del New York Times y es una de las más hermosas autobiografías escritas por una hija en honor a su fallecido padre. La autobiografía fue lanzada la primavera pasada en Nueva York y las ganancias obtenidas se enviaron a Equity Figths AIDS- organización que trabaja para erradicar el SIDA. Alexis Wilson habló de su autobiografía en las cadenas de televisión PBS, NPR, 10TV, etc. El libro debería ser traducido a otros idiomas como el holandés, el francés o el español. Se está hablando de llevar la autobiografía al cine lo que sería muy interesante para el público ya que podrían ver la transformación de estas memorias en una construcción visual integrada en una película que contaría con sorprendentes y esperadas coreografías.

Alexis Wilson superó los obstáculos de su vida, es una persona con gran capacidad de adaptación. A pesar de sus altibajos, se las arregló para crear una vida estable para ella y su familia. Ahora la señorita Wilson vive en Ohio con su esposo el músico y director de la Columbus Jazz Orchestra, Byron Stripling y con sus dos hijas. También tiene un hermano, Parker Wilson, que vive en los EE. UU. Aquí nos habla sobre todo de sus memorias, el pasado septiembre. La señora Wilson fue muy generosa con su tiempo durante nuestra conversación que es la primera entrevista publicada en Canadá.

Esta entrevista tuvo lugar en 2014

[Traducciones del inglés por Amina Ortega que es, entre otros, licenciada en Traducción e Interpretación. Pueden contactar con ella en   Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla ] 

P. T. Háblenos del sentido figurado del título de su libro y de por qué fue importante para usted escribir su autobiografía.

A. W. El proceso de elección de mi título es interesante porque tuve otro durante mucho tiempo. Era “La vida ocurre para todo el mundo” y con el tiempo me di cuenta de que había cierto tono de victimización en él. Esta no es la impresión que yo quise dar. Un querido amigo mío que me conoce desde hace mucho tiempo- de hecho prácticamente crecimos juntos en la ciudad de Nueva York- me llamó un día y me sugirió el título actual. Hay tantas cosas que se desprenden de él: mi heterogeneidad en términos de cultura y demás. También, las cosas no siempre son lo que aparentan ser, es decir, el amor no siempre proviene de los lugares que esperamos. Estos son los componentes principales que quise transmitir con el título y la historia. 

Para mí era importante escribir mi libro porque me sentía preparada para indagar en mi vida y supongo que el hecho de plasmar mis sentimientos sobre mi padre fallecido en papel fue un proceso sanador. Debía sacar a la superficie muchas anécdotas, yo nunca había pensado en escribir mis memorias, más bien fue una sorpresa que la vida guardaba para mí. Provengo de una generación en la que escribes tu autobiografía en la etapa final de tu vida, pero las cosas cambian. Por ejemplo ahora, Justin Bieber ha escrito sus memorias [se ríe]. Ya en serio, la noche que mi padre falleció en el Saint Vincent en Nueva York, estábamos fuera de su habitación de hospital. Estaban presentes mi futuro esposo Byron, Arthur Mitchell, mi hermano y un amigo muy querido por la familia, Lorenzo James.  El señor Mitchell conocía a mi padre de antes que yo naciera, él sabía que yo acababa de dejar de bailar en aquellos momentos y me llamó por mi sobrenombre de esta forma: “Holly, ¿qué vas a hacer ahora?” Le contesté diciendo que no sabía. Él me dijo que debía escribir la biografía de mi padre y yo estaba de acuerdo. Así que más tarde empecé a escribirla y, a medio camino, se convirtió en mi historia en la que escribo sobre mi crecimiento junto a mi padre y sobre la vida que llevábamos. No me había percatado de que necesitaba hacer de mi vida un libro. Fue la primera vez que le daba una voz a muchas cosas que nunca había discutido cuando estaba creciendo. Escribir se convirtió en la oportunidad perfecta para mí y estas memorias representan un trabajo de amor. En general, la vida contiene tonos grises, me he dado cuenta de que la vida no es solo blanco o negro, sino mucho más colorida.

P. T. Su libro es también un tributo a su padre.

A. W. ¡Por supuesto! Es como una extensa carta de amor. Representa mi forma de reconocerlo como artista, como hombre y como mi padre.

P. T. ¿Cuánto tiempo tardó en escribir sus memorias? ¿Tenía usted un diario que le sirvió de guía y de fuente principal para su libro?

A. W. Me acordé diez años para escribirlas porque sabía que quería comenzar una familia al mismo tiempo. En total tardé 13 años. Empecé a escribir diarios cuando tenía 11 años, después de la separación de mis padres, y eso se convirtió en una fuente importante para mis memorias incluyendo recortes de periódico y más cosas que coleccioné durante años.

P. T. Oh, escribir un libro requiere mucho esfuerzo y no me sorprende escuchar que le haya dedicado más de 10 años, así los lectores pueden ver que existe mucho trabajo detrás. He leído en algún lugar que Toni Morrison trabajó durante dos semanas para escribir un mismo párrafo. Uno no se convierte en el ganador de un Premio Nobel de Literatura sin esfuerzo. La escritura de alta calidad requiere mucho trabajo.

A. W. Este punto es interesante. Debo decir que al término de mi niñez, los diarios se convirtieron en algo vital para mí sobre todo porque guardaba muchas cosas en mi interior y necesitaba una vía de escape. Además, los niños de mi generación no podían abordar ciertas conversaciones con sus padres. Mis hijas, de 12 y 14 años, saben sobre muchos temas como la homosexualidad o los derechos civiles. Ahora se habla de forma más abierta sobre todo tipo de temas. También he descubierto un libro genial que se titula Wild Mind de Natalie Goldberg y que me ha sido una herramienta muy útil. El libro trata sobre la práctica de la escritura y seguí lo que dice durante dos años a las 4 de la mañana justo antes de empezar a trabajar en mis memorias. Su libro Writng Down the Bones es otra buena herramienta para escritores.

P. T. Existen muchos temas delicados, al igual que su vida privada en el hogar, que se han mantenido secretos ante sus amigos más cercanos. Háblenos del proceso que le hizo sentirse cómoda y le ayudó compartir su historia con el mundo a través de sus memorias.

A. W. Como dice usted, hubo un largo periodo de mi vida en el que mantuve la privacidad de mi situación familiar. Después del fallecimiento de mi padre y cuando estuve preparada para fundar una familia, supe que necesitaba hablar con alguien para dar término a alguna de estas cuestiones. Así que busqué hacer una terapia en mis últimos 20 años porque se hizo insoportable el seguir guardando las emociones sobre mis sentimientos hacia la vida que había llevado y hacia mi padre y su pareja, incluyendo sobre todo el abandono de mi madre. La terapia me permitió dar una voz a las heridas que había mantenido en mi interior prácticamente toda mi vida. Fue un paso muy importante para mí. El mayor reto que tuve que superar fue el arrepentimiento de mi madre y fue muy importante encontrar un buen profesional para poder sentirme segura. Esto me permitió seguir adelante y sentirme suficientemente fuerte para compartirlo a través de la escritura. De esta forma aprendí a dirigir mi vida y superar las etapas difíciles, aunque llegar al punto de sentirme cómoda para exponerme ante el público me tomó mucho tiempo.

Ahora disfruto compartiendo mi pasado de manera libre. Creo que el amor que recibí de lugares no esperados me ayudó a sentirme bien compartiendo mi historia. A pesar de que esta no fue una razón primordial para que me decidiera a escribir el libro, me di cuenta de que mi vida tenía un paralelismo con la de algunos de mis lectores que habían pasado por situaciones similares, como el abandono materno. Con respecto a eso y sin querer ser un cliché, sentí que mi historia me sobrepasaba y eso me impulsó a escribir mis memorias.

P. T. Creo que su libro está rompiendo el silencio porque hay muchos tabúes y malos entendidos sobre las madres que abandonan sus hijos. 

A. W. Sigo intentando comprender este fenómeno. Mis hijas, sobre todo la de 14 años, quieren saber más sobre mi relación con mi madre y he sido abierta en lo que concierne a mi pasado con ellas. Les he ido dando la información que era apropiada para su edad. Me han preguntado cómo ocurrió todo y les dije que aún sigo tratando de comprenderlo.

P. T. Su padre debió tener mucho valor para salir del armario en esa época. ¿Se relacionaba él en esos momentos con figuras prominentes como Bayard Rustin, James Baldwin y/o Langston Hughes (usted menciona los dos últimos en su autobiografía)?

A. W. [Silencio] Estoy casi segura de que lo hizo de manera privada. No hablamos sobre estas personas en concreto, tampoco hablamos mucho sobre la homosexualidad en general. Estábamos muy unidos pero no me habló de esto. Si yo hubiera sabido cuánto tiempo iba a permanecer en este planeta, seguro que habría tomado tiempo para hacerle preguntas como ésta. Desafortunadamente, el momento ya pasó.

P. T. Hay diferentes formas de saber cuándo alguien admira a otras personas. Por ejemplo, ¿compró su padre sus libros?

A. W. Mi padre adoraba los poemas de Hughes que era un artista muy destacado en nuestro hogar. El monólogo que escogí para mi audición el día que hice la prueba de trabajo para Carnegie Mellon era un poema de Hughes. James Baldwin es uno de mis autores favoritos y también de mi padre. Teníamos todos sus libros, estos señores vivieron unas vidas muy similares en muchos sentidos. Siempre pensé que era imposible que sus vidas nuca se cruzaran.

Debo añadir que cuando aún era una adolescente trabajé con mi padre para la cadena PBS en un especial llamado Blues and Gone. Se trataba de una serie de viñetas de baile para la música de Duke Ellington, entre otros, que estaba inspirada en los poemas de Lanston Hughes cuyas influencias musicales eran principalmente el Jazz y el Blues. Esta experiencia hizo que mi padre ganara un Emmy. Mi padre y Chip realizaron la conceptualización y lo escribieron. Además, Chip, mi hermano Parker y yo actuamos en esta pieza con 5 bailarines más.

Estoy segura de que mi padre admiró a estos hombres Afro-americanos que usted ha mencionado debido a su homosexualidad. No tenían miedo y llevaron una vida auténtica en lo posible. Tuvieron el valor de mostrarse en un momento en que la homosexualidad no era tolerada ni aceptada. Tuvieron que hacerse camino en una sociedad llena de estigmas y salieron triunfantes. Blues and Gone fue la manera en que mi padre rindió tributo no solo a Langston Hughes sino a todos los artistas Afro-americanos conocidos (Ellington, etc). Huges fue un poeta altamente respetado del Harlem Renaissance que supo cómo capturar la esencia y la riqueza de la América Afro-americana y con todos sus matices. Sus poemas contenían aspectos líricos que podían transformarse en música fácilmente.

P. T. Durante el Movimiento por los Derechos Civiles, ¿nunca dijo su padre nada sobre Rustin?

A. W. Honestamente, no recuerdo lo que hizo. [Silencio] la curiosidad y deseo por mi historia nacieron más tarde. Cuando tenía unos 13 años, la historia Afro-americana fue prácticamente eliminada de los libros de texto así que la situación no ayudaba. Pero pude obtener la mayor parte de mi saber de mi padre y de otros miembros de mi familia, de nuestros amigos y de nuestra comunidad de bailarines y de artistas de teatro Afro-americanos. Mi aprendizaje no fue sobre el señor Rustin en particular, sino sobre todo lo que está relacionado con la Historia Afro-americana. He de admitir que estaba enfadada al ver que mi historia estaba fuera del mundo académico y tuve una reacción negativa ante ello. En lugar de buscar la información en otros lugares, mi ira me hizo reaccionar en oposición y elegí aprender sobre historia pero no sobre la Afro-americana.

P. T. Su padre llevó una vida auténtica en medida de lo posible lo que requiere mucho valor. ¿Piensa usted que no poder llevar de verdad la vida que uno está destinado a vivir es el centro de la mayoría de los desengaños y frustraciones humanas? Y si es así, ¿por qué?

A. W. Definitivamente creo que es una de las razones.  En medida de lo posible, uno ha de llevar la vida que imagina para sí mismo. Es importante para nuestro espíritu. Cuando nos lo eliminan o nos lo quitan, a menudo resulta en una frustración o desengaño. De hecho, pienso que existe todo tipo de heridas. Para mi padre era muy importante llevar su vida de forma auténtica y tenía la misma visión para su vida profesional. Evitó involucrarse en cualquier proyecto que lo mantuviera como encerrado en una caja. Y actuó de la misma forma en sus interacciones con personas. Creía que la autenticidad hacía la vida más rica.

P. T. Como hemos mencionado, el título de su libro trasmite la sensación de no estar encasillado. Nada es blanco o negro en una vida que tiene zonas grises.

A. W. ¡Es cierto! Desde mi punto de vista yo estaba fuera de la caja [riéndose bajito] y ahora me siento muy afortunada de tener esta herencia diversificada. 

P. T. Estuvo expuesta al arte desde una temprana edad, ¿cómo le ayudó esa experiencia a prepararse y formarse como bailarina?

A. W. [Silencio] Creo que como bailarina, siempre se sigue siendo una niña en el sentido de que los niños son como esponjas, siempre con ansia de saber cosas para alimentar su alma y su corazón. Tomas algo de todo esto para crear tu propia forma de arte. Mis viajes, la música que escuchaba, los museos que visité, todo ello tuvo una influencia en mí y me abrió horizontes. Nunca me limité a un solo género, soy una apasionada del eclecticismo. Todo lo que he relevado antes me hizo sentir, como bailarina, que el cielo era el límite y que yo podía empujar este límite más allá. Intenté salir de mi zona de confort.

P. T. Es increíblemente interesante saber a través de sus memorias sobre las leyendas que conoció en su juventud como Sarah Vaughan, Sammy Davis Jr, Lena Horne, Cicely Tyson, Gregory y Maurice Hines, etc. ¿Cómo fue esto para usted y cómo le inspiró en su camino personal? En otras palabras, ¿qué aprendió de ellos?

A. W. Era una verdadera delicia estar expuesta a estos gigantes [se ríe bajito]. Mi padre nos recalcó a mi hermano y a mí que estábamos en la presencia de personas extraordinarias y pudimos aprovechar la oportunidad para observarlos en sus ensayos y demás. ¡Era deslumbrante! Estábamos fascinados con ellos. Por supuesto que me ayudó a formarme como artista, a través de ellos aprendí el todo el proceso y dedicación que hay detrás de cada espectáculo que permite crear la magia que hace sacar sudor, lágrimas y alegría. Pude observar toda la disciplina y determinación que se necesita para crear grandes espectáculos y para construir carreras sólidas.

P. T. ¿Por qué era importante para su padre participar en la revolución en América en lugar de quedarse en Europa donde muchos artistas Afro-americanos, sobre todo desde el Harlem Renaissance, fueron para tener una vida en paz?

A. W. Es cierto que muchas de las celebridades del Harlem Renaissance fueron a Europa, sobre todo a Francia. Mi padre llevó una vida pacífica, tranquila y maravillosa en Europa, donde no fue perseguido ni obligado a dejar de hacer lo que amaba, y creo que sintió que tenía el deber de volver y apoyar el movimiento que estaba ocurriendo en el territorio americano. Mi padre no emigró a los Estados Unidos porque no encontraba trabajo, fue porque sintió que tenía el compromiso de formar parte del gran cambio que estaba teniendo lugar allí. Nunca olvidó de dónde venía, estuviera donde estuviese. Siguió siendo Afro-americano en su corazón en cualquier lugar donde residiera, incluso cuando llevaba un estilo de vida tradicional europeo. Esto le permitió, al volver a los Estados Unidos, resurgir con toda la riqueza del arte Afro-americano y también con el sabor europeo. Supongo que mostrar esta destreza al mundo significó para él la integración. Volver a sus raíces en aquel momento le ayudó a crear Bubbling Brown Sugar, su trabajo de mayor éxito en Brodway.

P.T. Lo que usted dice sobre su padre me recuerda a Ángela Davis que estuvo en Montreal (la ciudad donde resido) en el último Black History Month en febrero. Alguien del público le preguntó: “¿Por qué volvió a los Estados Unidos cuando estaba estudiando en Europa?” Esta persona le preguntó también por qué decidió quedarse en América después de su encarcelamiento. Se puede observar un cierto apego de los Afro-americanos a su país.

A. W. Es casi como un cordón umbilical que no puedes cortar porque es parte de ti y te va a doler. Por eso mi padre recordó su viaje y tuvo que volver para estar presente. También pienso que quería sobrepasar sus propios límites. Puede que haya tenido grandes dudas con respecto a volver a casa, sobre todo estando casado con una mujer Blanca, pero obviamente necesitaba volver para superar esos temores. Desafortunadamente, yo era muy joven en aquel momento para hablar de ello.

P. T. ¿Cómo fue para usted crecer en los Países Bajos? Y, ¿cómo eran vistos sus padres al ser pareja interracial en Europa frente a en los EE. UU. en aquella época?

A. W. Realmente no crecí en los Países Bajos. Nací allí y unas semanas más tarde me establecí en América. Fue años más tarde cuando volví a Holanda y me casé por primera vez.

P. T. Es gracioso. Estuve en Ámsterdam solamente unas horas en 2004, pero por desgracia no pude ver nada porque estaba haciendo escala para volar a Túnez.

A. W. Oh, ya veo. Cuando mis padres vinieron a los Estados Unidos sintieron algo muy diferente en cuanto a cómo eran tratados comparado con Europa.

P. T. Esta cuestión es parte de mi pregunta anterior. El matrimonio de sus padres comenzó a desintegrarse cuando llegaron a América. Me estaba preguntando si su padre evaluó conscientemente todas las implicaciones de su vuelta, incluyendo los aspectos personales de su vida.

A. W. No sé si mi padre era consciente de todas las consecuencias que tendría que enfrentar, pero creo que la causa era más fuerte para él que las implicaciones personales.

P. T. Esto es un signo de valentía porque hay personas que se contentan con dirigir sus propias vidas y no quieren molestarse en defender cuestiones sociales.

A. W. En Europa mi padre pudo disfrutar su libertad. Mis padres eran vistos como una exótica e interesante mezcla. Aquí en los Estados Unidos la historia fue completamente diferente. La adaptación fue más difícil para mi madre. Ella no hablaba inglés y probablemente se sintió aislada y tuvo escaso apoyo. El ambiente que se respiraba tampoco ayudó mucho con todo aquel sentimiento de anti-mestizaje (entre 1883 con el caso Pace contra Alabama y 1967 con la decisión tomada para Loving contra Virginia, el matrimonio interracial estaba prohibido en muchos estados). Esto causó daños en la relación de mis padres. Los Derechos Civiles y el derecho a voto fueron concedidos a los Afro-americanos antes de que se abolieran las leyes anti-mestizaje.

P. T. ¿Sus padres vivieron más al norte o al sur de los EE. UU.?

A. W. Como pareja vivieron en Boston, pero en aquel momento era un lugar candente en cuanto al nivel de racismo. Solo puedo imaginar cómo fue para mis padres, probablemente sintieron miedo. No me sorprendería saber que hubo momentos en los que se preguntaron: “¿Realmente necesitamos quedarnos aquí?”

P. T. Después su madre regresó a Holanda,

A. W. Sí.

P. T. Soy de la Generación X. Conozco bastantes personas de mi generación y de la Generación Y que tuvieron dificultades serias al ser mestizos (la mayoría Afro-americano y Blanco pero también Nativo e Hispano-americano, etc.) durante su niñez porque la corriente social principal no los aceptaba. Algunos incluso trataron de suicidarse (otros desgraciadamente lo lograron) o sufrieron problemas de salud como la anorexia. Usted es mestiza: holandesa y Afro-americana. En sus memorias toca ligeramente el tema pero no dice si tuvo una crisis de identidad racial en algún punto de su vida. Como persona de doble raza (de hecho escribió en su libro que se considera Afro-americana y al mismo tiempo también afirma que sus padres tuvieron hijos de doble raza), ¿pasó usted por una crisis de identidad racial y/o de racismo cuando era joven ya que tuvo que vivir entre dos mundos? Y si es así, ¿qué hizo para superarlo y cómo le han formado estas experiencias a nivel personal? Además, en su carrera artística, ¿cómo incorporó su doble origen racial a su carrera de bailarina?

A. W. Esta es una gran pregunta [se ríe]. Creo que menciono levemente en mi libro que no tuve que enfrentarme a ninguna crisis de identidad. Mis retos tenían que ver más con las parejas interraciales. Cuando era niña, el divorcio de mis padres representaba para mí de forma errónea que las combinaciones no funcionaban. Cuando crecí, mi perspectiva se amplió ante esto. Otra vez, para ser honesta con usted, no creo que atravesara una crisis de identidad como otros niños de doble raza han experimentado. Esto no significa que nunca haya tenido que verme involucrada en cuestiones raciales porque seguro que tuve que ir a la escuela y escuchar a alguien decir que yo no era realmente Afro-americana, también algunos compañeros me preguntaron “¿qué eres tú?”, tuve que pasar por eso. Por suerte para mí, aquello no me destruyó. Mi padre y me hermano me hicieron sentir orgullosa de quien éramos. En los 70, cuando el padre era Afro-americano los hijos eran Afro-americanos también. Hoy en día es posible la opción de tener doble raza. Así que ese no fue mi caso. 

En general, tiene usted razón al decir que crecí en medio de dos mundos. Me educaron con un sentido del orgullo de ser una mujer Afro-americana. Por otro lado, mi padre era muy terco respecto a no dejarnos olvidar de dónde veníamos. Quiso que acogiéramos nuestra herencia al completo y fue él mismo quien se aseguró de que manteníamos nuestras raíces europeas haciéndonos volver a Holanda. Así que aprendí holandés a pesar de la fealdad del divorcio. Mi padre siempre tuvo en nuestro salón una hermosa fotografía de mi madre bailando.

P. T. Es una muestra de madurez de su parte.

A.W. ¡Absolutamente! De nuevo y respondiendo a su pregunta, no tuve que evitar ser sincera con los que me preguntaban sobre mis raíces, al contrario, pude ser directa y hablar de mi origen multirracial a quienes querían saber. Mi padre me inculcó que no debíamos maquillar estos temas y me preparó para que tuviera confianza y hablara abiertamente de ello. Lo que decía no eran palabras falsas así que no tuve pelos en la lengua.

Sobre la última parte de su pregunta, creo que la cultura del mestizaje trajo riqueza a mi baile. Empecé con el ballet clásico, me pareció natural comenzar por este camino porque prácticamente nací en él. Después me incliné hacia el teatro musical y comencé a trabajar para Maurice Hines lo que me permitió hacer uso de mis raíces Afro-americanas con sus coreografías de historia artística.

P. T. En mi última pregunta dije que usted tuvo que hacerse camino entre dos mundos. En realidad, tuvo que vivir entre tres mundos. ¿Cómo pudo superar como niña el hecho de que su padre viviera con otro hombre en los 70? ¿Cómo manejó esta situación con el resto de su familia y su comunidad, especialmente en un momento en el que la homosexualidad no estaba para nada tolerada en sociedad? Aún más, ¿cómo se percibía socialmente el hecho de que dos hombres Afro-americanos vivieran juntos con niños?

A. W: [Suspiro y silencio] Supongo que a esa edad (10-11) no podía manejar eso. De nuevo, mi herramienta principal fue escribir sobre ello en mi diario. Así fue cómo descubrí la importancia de expresarme a través de la composición escrita. De cierta manera llegué a hacerme adicta a esa forma de expresión. Necesitaba practicarlo a diario. Para mí era como respirar al igual que el baile. Después ya no fue suficiente el plasmar mis heridas en papel. Tuve que buscar ayuda profesional. No se hablaba de la situación de mi padre de forma abierta. Presentó a Chip a todos (incluso a mi hermano) como su “amigo”. A veces usábamos la palabra “tío”. En casa dormían en habitaciones separadas y no se comportaban abiertamente como una pareja afectiva en nuestra presencia. Siempre creí y, probablemente las personas que nos conocían también, que había algo más. Como niña, no comprendía lo que significaba esa relación en el plano físico y lo mismo pasaba con mi hermano, que es unos años más joven que yo; sin embargo, sabía que a mi padre realmente le importaba Chip y que el sentimiento era mutuo. Así fue cómo se organizaron y sobre todo trataron de amarnos. Nos educaron de la mejor manera que pudieron. En cuanto a nuestra familia, no se habló del tema, así es como sucedía en esa época. Paradójicamente, nos encontrábamos en la comunidad más segura; el mundo del espectáculo, así que de alguna forma estábamos protegidos contra la homofobia.

P. T. ¿Cómo fue su experiencia con la comunidad Afro-americana, que muchos perciben como la más homofóbica aunque no sea necesariamente cierto?

A. W. Creo que permanecimos en estado de status quo desde los 60 y 70. Negamos o hacemos ver que no existe en nuestra comunidad y no hablamos del tema. Así que cuando estaba creciendo había un silencio en cuanto a la realidad de mi padre y su pareja. Por eso me las arreglé como pude hasta tener la edad necesaria para comprender mejor lo que significaba todo. Desde la separación de mis padres, cuando tenía 11 años, pasé toda mi adolescencia peleando con Chip. Esto muestra que me tomó años aceptar mi situación familiar. No fue hasta mis años de universidad cuando cambió la idea de lo que Chip representaba en mi vida. Me di cuenta de que él no era mi enemigo. De hecho al final comprendí que la fuente de mi sufrimiento estaba conectada con la ausencia de mi madre biológica. Y sigo tratando de encontrar el sentido a lo que pasó. Uno de los únicos medios que me ayudaron a sobrevivir fue escribir en mi diario. Como mencioné, esta forma de expresión se convirtió en el oxígeno de mi vida al igual que el baile. En otras palabras, éstas eran mis vías de escape.

P. T. ¿Cómo podría explicarnos que su hermano no tuviera ningún problema a la hora de traer amigos a casa en comparación con usted cuando estaban creciendo?

A. W. Esta es otra pregunta complicada [se ríe bajito]. Puedo explicar esto diciendo que mi hermano es 5 años más joven que yo. Creo que esto tuvo un papel importante en la dinámica que se estableció en nuestra situación familiar. Cuando conoció a Chip por primera vez, él tenía 5 años y no entendía lo que estaba pasando. En aquel momento mi hermano Parker, un niño cariñoso, lo acogió con los brazos abiertos desde el principio. Se sentía verdaderamente cómodo. Su confusión en cuanto a la pareja le llegó más tarde que a mí. Yo ponía en duda esta relación desde el principio, incluso sin entender toda su complejidad y las implicaciones que tenía. 

P. T. ¿Piensa que su hermano negó la situación cuando tuvo la madurez suficiente para entender lo que pasaba?

A. W. Quizás. Creo que su despertar llegó con los comentarios que recibía de algunos de sus colegas. Eso le hizo darse cuenta de que la situación de su padre probablemente no estaba dentro de lo que son las normas convencionales. Dijo un comentario terrible a Chip que he transcrito en mi libro. Utilizó el término despectivo m* que se usa para los gais y este incidente me hizo saber que él no estaba tan bien con nuestra situación familiar. Esta fue una de las primeras veces que verbalizaba sus sentimientos. Y después, años más tarde, después del fallecimiento de mi padre, al fin tuve un momento con mi hermano en el que sacamos el tema a la luz. Le dije que por mucho tiempo pensé que él estaba bien con la situación porque trajo a casa a sus novias y amigos. Había gente en la casa constantemente. Yo nunca traje a nadie salvo a alguna de mis amigas. Me miró, hizo una pausa y dijo: “¿cómo podría estar bien?” Quedé estupefacta y me sentí presuntuosa al pensar que el súper macho de mi hermano [se ríe bajito] no estaría afectado por nuestra forma de vida. Mi padre hizo alguna broma sobre el machismo de mi hermano. Parker luchó en silencio ante esta situación conyugal a pesar de que sentía un gran amor por su padre y por Chip.

P. T. Usted parece una persona con buenos fundamentos y capaz a pesar de las adversidades que ha tenido que superar desde su infancia. ¿Dónde encontró su fuerza?

A. W. Creo que esta fuerza proviene de mi padre, él solía decir que las cosas siempre pueden ir peor.

P. T. Esta afirmación me recuerda una cita popular que dice: “Me quejaba de que no tenía zapatos hasta que conocí a un hombre sin pies.”

A. W. ¡Cierto! Supongo que el amor que recibí de mi padre y de Chip compensó lo que me faltaba. Me ayudó a no sentirme víctima y, como mencioné antes, después utilicé otras herramientas para ayudarme a superar mi aflicción como la terapia.

P. T. Sócrates solía decir: “Una vida sin sentido no merece la pena.”

A. W. ¡Interesante! Tengo que decir que el crecer en una comunidad de artistas fue beneficioso para mí. Aprendí a conocer a muchas personas con distintos estilos de vida  y eso hizo la gran diferencia. Además, mi padre fue un bibliófilo voraz, adoraba leer las biografías de personas que vivían contratiempos y los superaban. Esto le inspiró y él me lo transmitió cuando conversábamos sobre este tipo de temas.

P. T. ¿Es usted religiosa? ¿Fue la fe un recurso para darle la fuerza necesaria para superar sus problemas?

A. W. No. Pienso que tengo que escribir otro libro solo para explicar eso [risitas]. No soy religiosa, soy más espiritual aunque he convivido con diferentes religiones. Me gustan las diferentes opciones religiosas, pero yo tengo un enfoque más ecléctico. En ese sentido, creo que es maravilloso ser parte de una comunidad que te brinda apoyo. Desde mi punto de vista, cuando estaba creciendo observé muchas contradicciones y se me hizo complicado integrarme en una religión organizada.

P. T. Se rumorea que van a adaptar su libro a una película. Si esto se materializa, ¿quién le gustaría que la dirigiera, que escribiera el guión y que interpretara el papel de usted y de su padre? Por favor, comparta con nosotros el por qué.

A. W. Resulta que la persona tengo para la dirección es una vieja amiga mía, Kasi Lemmons. Es una de las directoras de cine de mayor talento hoy en día, es una contadora de historias fantástica. Debe conocerla por su trabajo “Eve’s Bayou” que escribió ella misma. Realizó “Talk to Me” con Don Cheadle y Chiwetel Ejiofor y en noviembre se estrenará su película “Black Nativity” con Forest Whitaker y Mary J. Blige.

P. T. Sí, conozco su trabajo. Disfruté con su película “Something New”. Me resulta interesante que haya mencionado a “un directora mujer”, de hecho, debería haber usado la palabra “directora”  [se ríe] para la adaptación de sus memorias porque necesitamos ver más perspectiva femenina en la industria cinematográfica que es bastante escasa. Además es una mujer Afro-americana y creo que es importante que se descubran las diferentes perspectivas de las mujeres Afro-americanas en esta industria.

A. W. ¡Desde luego! Conozo a Kasi [Lemmons] desde el principio de los 80, nos conocimos en las audiciones. He observado su crecimiento y evolución desde que era actriz hasta que se hizo directora de cine. Me puse en contacto con ella y leyó el manuscrito antes de su publicación. Me dijo que mi autobiografía era una película y que ella quería dirigirla.

P. T. ¡OH!

A. W. En cuanto al reparto, por supuesto que no me olvido de esto [se ríe bajito], le comento que pensé en Phillip Seymour Hoffman para el papel de mi difunto padrino Karel Shook al que yo apreciaba mucho. Fue el cofundador de The Dance Theatre of Harlem junto a Arthur Mitchell. Pienso que Don Cheadle sería interesante para hacer el papel de mi padre porque tiene una gran capacidad para expresar diferentes emociones como la amabilidad angelical cuando interpreta personajes complejos y fuertes. Hasta cuando Cheadle hace de asesino,  tiene rasgos agradables [riéndose]. Para interpretarme a mí, veo a Zoe Saldana o Thandie Newton porque son actrices con una presencia soberbia y fuerte en pantalla. Pero antes tengo que escribir el guión.

P. T. Así que es usted quien lo va a escribir.

A. W. Sí. Hablé antes de esto con Kasi [Lemmons] porque ella también es una gran guionista y me sugirió que yo debería hacer el guión y que ella me asistiría cuando lo necesite.

P.T. Desde luego que es muy original que la misma autora escriba su guión. El público quedará fascinado cuando descubra que su libro será adaptado a la gran pantalla y que los personajes tomarán vida y sobre todo cuando vean las partes que usted destacará en la película. También será interesante para la audiencia ver si utilizará flashbacks o si nos dará un punto de vista más cronológico. Esta es la primera vez que hablo con “una guionista ”, es bien curioso. Bueno, debería haber dicho una guionista mujer [riéndose].

A. W. Hasta ahora he hecho el mapa conceptual, es decir, el guión gráfico y el próximo paso será escribir el guión. Así que el proyecto aún está en fase germinal.

P. T. Ha incluido a su madre en la parte de los agradecimientos de su libro. ¿Sabe si ha leído sus memorias? En tal caso, ¿sabe qué ha podido sacar de ello?

A. W. [Silencio] No sé si lo leyó. No he tenido respuestas de su parte. Mi hermano está en contacto con ella y tengo que asumir que habrá leído algo al menos por curiosidad porque es una mujer muy curiosa. Mi hermano leyó al menos la mitad y parece que le ha gustado, aunque viendo que está cerca de casa puede ser más difícil para él leerlo rápido por completo. Escuchó mi primera entrevista en la radio y lo disfrutó mucho.

P. T ¿Se refiere a la entrevista en la NPR?

A. W. Sí.

P. T. La vi en Internet y pienso que fue genial.

A. W. ¡Gracias!

P. T. Usted escribió lo siguiente en su autobiografía: “Un día viendo el programa de Oprah se me ocurrió que se escuchaba poco que una madre había abandonado a sus hijos. Quizás no ocurra tan a menudo como un padre que deja a sus hijos, pero sí que ocurre, y puedo asegurar que las consecuencias son devastadoras. Tengo la convicción de que es porque es un concepto inconcebible y por eso no se saca a la luz. También estoy bastante segura de que las complejidades de mi madre y sus decisiones son tales que ni viviendo varias vidas podría saciar mis innumerables preguntas. No obstante, seguí haciendo preguntas y teniendo la esperanza de que si conversaba con ella seguidamente  podría cambiar las cosas o al menos liberar los recuerdos que enterré- hablo de forma figurada- cuando la sepulté para los restos años atrás.” ¿Qué opina sobre esto ahora y cómo piensa que se puede llevar mejor el tema del abandono materno al público?

A. W. [Silencio y suspiros] Creo que no tengo una opinión diferente de esta afirmación. Cuando hice las presentaciones de mi libro, se acercaron a mí algunas personas y me dijeron: “lo que ha escrito es mi historia” refiriéndose a la ausencia de sus madres en sus vidas. Pienso que, a mi manera, estoy ayudando a romper este silencio y quizá ahora podrá hablar más gente que ha pasado por esto porque, por desgracia, este tema sigue siento un tabú. Se necesita un refugio seguro para permitir que más personas compartan sus vivencias relacionadas con este tema. No hay una plataforma para ello. También soy consciente de que se requiere un proceso largo para lograrlo. La figura materna es el principio de todo.

P. T. Contó de forma muy detallada cómo falleció su padre, pero no explicó mucho cómo Chip falleció 6 meses antes que su padre ni cómo fue el funeral. ¿Por qué hizo esta elección como escritora?

A. W. [Suspiros] No estaba verdaderamente presente en la etapa final de la enfermedad de Chip porque estaba arreglándomelas con mi padre. Mi hermano estaba mucho más presente para Chip. Aunque hubo un periodo en el que Chip y mi padre estaban en el hospital al mismo tiempo pero en plantas diferentes. Cuando Chip estaba muriendo, mi padre se puso muy enfermo y necesité estar muy cerca de él. En cuanto a Chip, no celebramos un funeral pero organizamos un homenaje para él en Nueva Jersey. Escribí un poema para él. Era inimaginable para mí que mi padre estuviera enfermo, por eso solo tuve energía suficiente para enfrentarme a esa situación.

P. T. ¿Quién le dio más apoyo durante la enfermedad de su padre y después de que falleciera?

A. W. Pregunta fácil. Fue mi esposo. Él es mi sustento, el increíble Byron. Cuando mi padre estaba enfermo nos hicimos amigos después de que Maurice Hines nos presentara. En aquel momento, yo prácticamente vivía en el hospital y cada tarde venía a recogerme del Hospital Saint Vincent  para cenar. Es extraño ver dónde está la gente en ciertos momentos de tu vida. No estoy diciendo que mis amigos no estuvieran conmigo pero algunos estaban fuera del país. Y estaba este hombre, Byron Stripling, que de cierta manera se convirtió en mi mejor amigo, el mejor apoyo de esta época de dificultades.

P. T. Es en la adversidad cuando a menudo sabemos a quién le importamos realmente.

A. W. Así es. ¡Es un auténtico termómetro que indica el nivel de desarrollo de una relación! Encima de eso, su madre se puso enferma de cáncer de mama y falleció a los 59, un año después de mi padre. Así que los dos pasamos por esto juntos y Byron estaba completamente conmigo. Me doy cuenta de la suerte que tengo de vivir con un hombre hermoso a mi lado que impulsa mi deseo de llevar una vida plena, sin tantos miedos y más feliz que nunca.

P. T. ¡Es una bendición!

A. W. ¡Una enorme bendición! Lorenzo James fue otro hombre que me brindó mucho apoyo durante la enfermedad de mi padre. De hecho, cuidó de mi padre y de Chip en el hospital. ¡Es un verdadero ángel! También tuve el apoyo de la excelente abogado, Phyllis Sager, que me aconsejó con las cuestiones legales después del fallecimiento de mi padre.

P. T. Algunas partes del libro son como una elegía a su padre. Fue muy doloroso para usted hacerlo durante su homenaje. ¿Plasmar su historia en papel ha sido una catarsis? ¿Qué significa para usted presentar su padre al mundo a través de su libro?

A. W. Definitivamente fue una catarsis. Yo lo llamo un trabajo de sangre en el que doy salida a mis heridas, aunque hay partes más ligeras en el libro. No fue siempre fácil porque trabajar las memorias implica regresar constantemente a ciertas partes de tu vida y no todas son alegres. Se requiere fuerza y valor. Como dije, este proceso me permitió darle voz a mis problemas. Compartir a mi padre por medio del libro y de las entrevistas con los medios de comunicación me hace sentir afortunada. Solo quise dar lo mejor de mí al rendir homenaje a este maravilloso padre y hombre.

P. T. Bueno, ha sido todo un éxito. Si le parece bien, podría escribir una biografía completa sobre su padre y yo la publicaré en Mega Diversidad. Usted es la mejor persona que puede presentar su padre al mundo.

A. W. ¡Lo haré!

P. T. Dijo a los medios de comunicación que todos necesitamos una persona de apoyo. En sus memorias, no nombra a ninguna mujer de su familia (tía, abuela, prima, etc.) que le haya acompañado. ¿Se debe a que rechazaron la forma de vida de su padre?

A. W. No. Tengo que decir que mi tía paterna Yvonne fue muy importante para mí. La menciono en mi libro pero luego no desarrollé la historia sobre ella. Los miembros de mi familia que conozco son por parte de mi padre. No tuve la oportunidad de conocer bien a la familia por parte de mi madre. Mi primer primo paterno, Ernest, y su esposa, Francille, son muy cercanos a mí. Como mencioné, la abogado Phyllis Sager, quien se ocupó de los asuntos financieros de mi padre, ha sido la figura más cercana a la de una madre. Antes de convertirme en heredera de la finca de mi padre hubo una batalla legal. La jurista me defendió y también se convirtió en otra mujer importante en mi vida. Sin embargo, los hombres han sido por mayoría los héroes de mi vida [se ríe bajito]. Ellos son los que siempre estuvieron detrás. Les he dedicado mi libro y esto es importante porque no escuchamos mucho en nuestra comunidad que el hombre Afro-americano es un gran apoyo para la mujer.

P. T. Su padre falleció a causa del SIDA en 1994 y su pareja 6 meses antes por la misma enfermedad. La pareja estuvo unida 18 años. Es un secreto de familia cómo el primer miembro de la pareja se contagió con el virus. ¿Por qué no le resulta importante saber toda la verdad sobre esto?

A. W. [Silencio] Primero de todo, el día que descubrimos lo de la enfermedad fue de una manera poco usual y  peculiarmente terrible. Ocurrió durante uno de los episodios maníacos de Chip. En aquel momento, no podía pensar en cómo ocurrió porque me tuve que centrar en lo que estaba pasando en el presente. Después de los años, nunca escuché que Chip y mi padre se contagiaran a través de la sangre o por el consumo de droga. Esto no deja muchas otras posibilidades y honestamente, no era muy interesante para mí saber más. Puedo vivir con el hecho de que no sé toda la verdad. Lo más importante era estar ahí para ellos.

P. T. ¿Qué es lo más importante que ha aprendido de su padre y que quiere transmitir a sus hijas?

A. W. Diría que vivir la vida con amor y abrazando la diferencia. Aunque he recibido una educación impecable en la escuela, siento que mi padre ha sido el profesor que mejor me ha dirigido a la hora de enseñar las lecciones de la vida. El amor que me mostraron mi padre y Chip me hizo fuerte y considero que ahora es mi tarea transmitírselo a mis hijas.

Veo a mi padre en las expresiones faciales de mis hijas, en sus sonrisas, etc. Vi que tenía sus dones en el espectáculo de baile de mi primera hija. Simplemente es como si hubiera capturado su esencia. Lo veo en la mirada clara y honesta que mi hija más joven tiene ante el mundo y en su feroz tenacidad. Mi padre me dejó un legado artístico que estoy transmitiendo a mis hijas.

Mi padre también compartió conmigo el don de amar la naturaleza y de deleitarse con la suntuosidad de las pequeñas cosas que ocurren en un gran e impresionante mundo. Nos enseñó a mi hermano y a mí el brillo del color y su versatilidad. Fue su apetito inagotable por redescubrir y evolucionar lo que más me marcó. Me gusta pensar que estoy impregnada de la sabiduría y la sensatez de mi padre. Me proporcionó alas al darle fuerza a mi carácter y me dotó del poder del amor. Me gustaría pensar que mis hijas heredarán estas cualidades.

P. T. Históricamente, los Afro-americanos han sido excluidos del ballet. Su padre llegó a ser un eminente coreógrafo y bailarín de esta modalidad. ¿Cómo hizo para romper el hielo siendo Afro-americano y hombre en esa época de segregación? y ¿es esa una de las razones por las que se fue a Europa?

A. W. Creo que pudo superar todas las barreras gracias a que no tenía miedos, ni dudas ni inseguridad. Encontró la forma de no ser prisionero de eso. Tomó decisiones basándose en lo que a él le parecía justo, sin importarle que fuera apoyado o no, o si era lo políticamente correcto para el hombre Afro-americano. No tenía límites para superarse a sí mismo y se sintió cómodo en situaciones muy distintas: en el prestigioso ambiente académico (por ejemplo, en los departamentos de teatro), etc. En ese sentido, su visión de carrera profesional no tenía límites. Aprendió mucho de sus experiencias en Europa y aquí. Eso  le fue útil para su carrera e hizo de él alguien único en su forma de arte. Su ansia inagotable por mejorar y el utilizar sus dones le impulsó más allá. Fue valiente al escoger el baile en un momento en que los jóvenes Afro-americanos no tenían el derecho de hacerlo. Hizo de su vida algo grande aquí- donde, por ejemplo, se introdujo en el mundo de Brodway y se hizo con él para llevarlo al otro lado del océano. Con cada nueva oportunidad, elevó su límite y lo superó con éxito.

Con respecto a la segunda parte de su pregunta, mi padre fue a Europa porque bailaba para la compañía londinense West Side Story, protagonizada por Chita Rivera, aun teniendo posibilidades aquí. En ese momento, alguien del The Dutch National Ballet vio la actuación de mi padre y le propuso unirse como solista a la compañía en los Países Bajos. Mi madre era bailarina y mi padre bailó con ella. Como ellos dicen, el resto es historia. Mis padres se quedaron en Europa algo más de una década.

P. T. Escribió esta frase sobre su padre en su libro: “Bubbling Brown Sugar fue el espectáculo que revolucionó la representación de artistas Afro-americanos en Brodway. Este fue el éxito que lo situó permanentemente en el panorama americano.” ¿Puede explicar cómo este espectáculo cambió para siempre la representación de artistas Afro-americanos en Brodway a nuestros lectores de todo el mundo?

A. W. Desde mi punto de vista, puedo decir que vimos actuaciones de artistas Afro-americanos en Brodway en Shuffle Along en los años 20 y Carmen Jones and Porgy & Bess en los 50. Sin embargo, pienso que antes de eso no había ninguna o era escasa la representación Afro-americana de esa forma tan elegante y distinguida. Mi padre se apropió de la riqueza artística Afro-americana. Tomó la decisión consciente de mostrar- en un tiempo que sucede en Harlem desde 1910 hasta hoy en día- una representación de nosotros mucho más moderna y glamurosa. En otras palabras, quiso crear “un sentido de arte Afro-americano chic” e impulsarlo hacia niveles más elevados. Además, enseñó una amplia variedad de elementos artísticos, no se trataba solo del claqué, el baile o la canción. Mi padre introdujo el eclecticismo en el arte y a esto le siguió después Sophisticaded Ladies, Dreamgirls y demás. Me gustaría añadir que en 1994, mi padre volvió a adaptar y a poner en escena Bubbling Brown Suggar y, una vez más, obtuvo un gran éxito en toda Europa.

P. T. ¿Cuál fue el consejo más valioso que le dieron su padre y Chip sobre el baile?

A. W. ¡Oh! Recibí muchos consejos de mi padre. No recibí tantos de parte de Chip. Él era bailarín pero principalmente era cantante, así que busqué más a mi padre para los consejos sobre baile. Solía decirme que si había cualquier otra cosa que yo prefiriera hacer, que tomara el camino [risas] porque el baile era muy duro. Me mencionó esto tantas veces que se me quedó grabado. Pasé por muchas pruebas en el mundo artístico, ahora es mi hija quien está superando sus propios retos con el baile.

P. T. Así que ha seguido sus pasos como bailarina.

A. W. Supongo que de alguna manera es inevitable, al menos con una de mis hijas, pero no sabemos a dónde llegará [se ríe]. Una de las mejores recomendaciones que me regaló mi padre fue que siempre existiría alguien más bella, más inteligente y con más talento que yo, pero que no debería centrarme en eso: puedo dar lo mejor de mí si exploto mi singularidad.

Puede sonar duro, pero mi padre solo quiso avisarme recordándome que en el mundo del arte siempre eres reemplazable. Lo decía en serio y yo lo comprendí mejor cuando participé en los teatros musicales. La competitividad en este ámbito es diferente y más feroz. Existe mucha presión; llaman a muchos, pero escogen a pocos.

Mi padre también prestó mucha atención a la integridad del trabajo. Intento seguir haciéndolo. Además me habló de la importancia de perderse en el baile dándolo todo y no guardando nada para sí. En otras palabras, es importante no estar demasiado manteniendo el control. Me costó mucho tiempo llegar a ese punto. Es de importancia crucial el trabajar ese estado de abandono en el baile. Por ejemplo, estás perfeccionando tu técnica en la barra a diario pero, cuando estás en el escenario, tu actuación ha de parecer natural o, en otras palabras, debe tomar vuelo.

No se puede trabajar de forma puramente técnica y pensar solo en los pasos porque se verá y esto no es lo que el púbico quiere. El público no pide ver el trabajo sino la magia. Como bailarín, tienes que llevar tu riqueza al escenario a través de tu representación artística y de tu expresión creativa, es decir, debes vivir en el escenario.

Mi padre me enseñó la importancia de la profesionalidad y me explicó que nunca debía traer mis problemas personales al trabajo. Siempre debe tratarse de trabajo y debe hacerse de buena fe. También comprendí que tenía que aprender todo sobre el baile y sobre todo lo que lo rodea: su historia, los compositores, etc. Mi padre creía que si indagabas en el tema, podías aportar más como bailarín. En general, aprendí de él que para ser un gran bailarín debes trabajar duro, ser disciplinado, cometido y debes desear crecer constantemente. Y además tienes que aceptar que a veces no será agradable. Me di cuenta también de que los problemas traen oportunidades maravillosas para que el artista evolucione y se desarrolle.

P. T. En su libro nos habla de la variedad de tipos de baile que hizo a lo largo de los años: claqué, tango, ballet, etc. ¿Cuál es su estilo favorito y el que mejor domina? ¿Qué significa para usted su tipo de baile favorito a nivel personal e histórico? Y además, ¿cómo le gustaría ver que se desarrolla este estilo en el futuro?

A. W. Siento que el baile que mejor he dominado es el clásico. Me refiero al ballet, que constituye mi base, mis fundamentos. Sin embargo, debo decir que mi estilo favorito es el tango. Adoro el sabor que tiene con su música, elegancia, sensualidad y pasión. Solo he tenido la oportunidad de hacerlo una vez y fue una experiencia realmente especial porque Maurice Hines creó el número para mí en Harlem Suite. El tango tiene un lugar histórico para mí porque este baile argentino tiene sus raíces en una combinación de las culturas africanas y nativo-argentinas y viajó a Europa donde se integraron otros instrumentos como el acordeón y la mandolina. De hecho, existe una conexión entre el baile étnico (baile africano) y el ballet que son partes de mi historia. El tango era muy estimulante para mí y era diferente del tipo de baile para el que me entrenaron. En el baile étnico, el jazz o incluso el tango, estás muy arraigada a la tierra; en el ballet estás sobre los dedos de tus pies, pero en el tango se trata sobre todo de expresarse con pasión, peligro y calor.

En cuanto a la evolución, me gusta el eclecticismo. En otras palabras, disfruto viendo la versatilidad con la combinación de elementos diferentes y quisiera ver más de esto a escala mundial. Últimamente estoy trabajando en la Fashion Week de CMH donde actúan varios bailarines y estoy pensando incluir ballet mezclado con hip hop.

P. T. Esto me recuerda la impresionante coreografía que vi al final de la película “Save the Last Dance.”

A. W. Sí, me encanta ver la unión entre estilos del pasado, del presente y del futuro.

P. T. Además de su padre, ¿quién piensa que fue el mejor coreógrafo y bailarín Afro-americano de todos los tiempos y por qué?

A. W. [Se ríe] Esta es una pregunta muy difícil para mí. ¡Dios mío! Hay tantos artistas maravillosos: Alvin Ailey, Gregory y Maurice Hines, Louis Johnosn, Talley beatty, Michael Peters, George Faison, etc. No creo que sea justo escoger uno porque son tan diferentes; sin uno de ellos faltaría algo. Y adoro a mi padre.

P. T. Solo ha nombrado a hombres.

A. W. Esto se debe a que me moví principalmente entre hombres. Con toda honestidad, he trabajado sobre todo con coreógrafos hombres. A las mujeres nos ha costado más romper el hielo en el plano comercial, pero lo estamos logrando.

P. T. ¿Ha tenido la suerte de conocer a Debbie Allen y a Katherine Dunham?

A. W. Bastantes pocas veces. Conocí a Debbie [Allen] por primera vez cuando mi padre dirigía su espectáculo llamado Louis, a él siempre le gustó su forma de trabajar duro. En aquel momento se rumoreaba que yo iba a aparecer en la serie de televisión Fame en Los Ángeles.

P. T. ¡Oh, también pensé en eso! Me estaba preguntando, ¡cómo no formó parte de ese show! ¿Qué ocurrió?

A. W. No lo busqué porque en aquel momento yo era una adolescente babosa [se ríe fuerte]. Pero más tarde tuve la oportunidad de trabajar con ella en un especial de televisión que estaba grabando con su hermana Phylicia Rashad. Además, Maurice Hines participó en un proyecto  para su escuela de ballet y yo le ayudé. Me gustaría verla pronto para hablar con ella en su maravillosa escuela en Los Ángeles.

De nuevo y refiriéndome a su pregunta, no puedo nombrar un solo coreógrafo o bailarín porque todos tuvieron una importancia vital a diferentes niveles. Me gustaría decirle un solo nombre [se ríe bajito], pero no creo que pueda. Y esto incluye a mi padre. Adoraba sus coreografías, pero usted me pidió que no lo escogiera.

P. T Eso sería tendencioso [se ríe].

A. W. Supongo que tiene razón [riéndose bajito]. Agradezco que tengamos tantos bailarines y coreógrafos pero siento no poder elegir solo uno [se ríe].

P. T. Dijo a los medios de comunicación que su padre no se hubiera implicado en el movimiento para la igualdad en el matrimonio si siguiera hoy entre nosotros ¿Podría explicarnos eso?

A. W. Es un placer explicar esto porque es un ejemplo de cómo, a veces, mis respuestas en los medios de comunicación se entienden mal. Ya he tenido esta conversación sobre el matrimonio con mi padre. Lo que quise decir es que mi padre no se opondría al movimiento para la igualdad, pero que sería feliz simplemente viviendo la vida que llevaba. Se fugó dos veces y no le sirvió de nada, así que el matrimonio pasó a ser un asunto pasado para él. Sin embargo, sé que le habría entusiasmado observar el crecimiento del movimiento para la igualdad con sus opciones legales ya que fortalece la importancia de la aceptación.

P. T. ¿A quién va dirigido su libro y qué le gustaría que los lectores retengan de él?

A. W. Mi libro es polifacético. Abarca el abandono de mi madre, mi situación familiar con padres del mismo sexo, el SIDA, Broadway y el mundo del ballet, etc. Creo que, en general, hay algo para todo el mundo en mis memorias. Mi libro habla de la humanidad y la esperanza de las personas. Esto es lo que estoy aprendiendo de las respuestas que recibo. El amor y las conexiones humanas abundan para mis lectores. Incluye elementos fundamentales que se dirigen a las familias. También trata el tema de acoger la diferencia y, en nuestra sociedad, aún queda mucho trabajo por hacer en este sentido. Espero que con el tiempo progresemos y podamos apoyar la diversidad.

En resumen, mi libro es para los niños que tengan padres del mismo sexo, para la comunidad afectada por el VIH/SIDA, para el mundo del ballet y Brodway, para las personas que tengan problemas con sus madres, para las personas que tienen una relación maravillosa padre-hija y aún más. Todo viene acompañado de la conexión emocional humana que es universal. Mi más sincero deseo es fomentar la comprensión y el apoyo en más familias incluyendo todas sus versiones y variantes. ¡Quiero celebrar todas nuestras diferencias con valentía y con amor!

P. T. ¿Cuál es el mensaje de esperanza que puede dar a los niños y adolescentes que están creciendo en el seno de una familia no tradicional y poco aceptada socialmente?

A. W. [Silencio] Mi experiencia de vida me trae este recuerdo a la mente, lo que un día dijo el escritor James Baldwin: “El amor es como un relámpago, está allí donde lo encuentres”. Nací con la siguiente perspectiva: vine al mundo para el amor y crecí inmersa en él. Pienso que esto puede animar a que los niños tengan confianza en el amor que reciben sea cual sea el tipo de matrimonio. Es importante poder reconocer que la familia puede tener muchas formas y esto es cada vez más una realidad sobre todo en los países occidentales. A pesar de las dificultades, es importante ser valiente y creer que el amor, y no la división, es la más fabulosa respuesta a la diversidad religiosa, sexual, racial, etc. Muchos me preguntan cuál es mi secreto y cómo he sobrevivido viviendo en una familia no tradicional. La respuesta es simple: he tomado las riendas de mis problemas y los he superado gracias al amor.

P. T. Desde luego que tiene usted una gran capacidad de adaptación. Mi pregunta se centra en niños y adolescentes porque, a esa edad, los jóvenes se conforman con evitar que sus iguales les marginen.

A. W. ¡Exacto! Como dije, hubo un momento de lucha en mi juventud en la que mantuve mi situación familiar en secreto. Las dificultades que tuve que superar tenían que ver con mis sentimientos ante estas circunstancias y no porque me estuvieran persiguiendo o juzgando, a pesar de que también existió esta percepción.

Lo que me ayudó se basa en el hecho de que mi padre nunca se rindió y nos recordaba constantemente cuánto le importábamos. Me hizo darme cuenta con el tiempo de que nada es perfecto o idílico. Siempre habrá situaciones no perfectas y los jóvenes deberían ser conscientes de esto. Tus padres pueden tener religiones diferentes, bagajes culturales distintos según su status social, etc. y esto puede ocasionar una dinámica familiar compleja. Aunque, cuando reina el amor, podrás sobrevivir y superar con creces estos retos. Debes agarrarte a lo que te anima; si es tu comunidad de amigos, úsala; si es la iglesia,  únete a ella. En otras palabras, céntrate en encontrar algo constructivo que te sirva de red de seguridad. Para los niños, debido a su edad, es más difícil tener el control del ambiente en el que viven, así que son los adultos quienes atraen su interés y los que han de asegurarles que viven en un ambiente positivo para darles esperanza.

P. T. Recientemente produjo un espectáculo de dos días en el Lincoln Theater sobre la obra musical y de danza titulada Suite Rosa, dedicada a la pionera de los derechos civiles, Rosa Parks. ¿Podrá hablarnos de ello y decirnos si se dan similitudes con el tributo que su padre creó titulado Rosa in 1990? Además, ¿qué significa Rosa Parks para usted?

A. W. [Silencio] He colaborado con mi esposo Byron como directora artística de la orquesta Columbus Jazz, una gran banda de 17 miembros. Además el brillante y elegante arreglista y bajista John Clayton se encargó de crear una música especial para nosotros. Clayton creó, dirigió y tocó esta música. Teníamos un coro y un bailarín que ejecutó la pieza que mi padre coreografió, hace muchos años, titulada Rosa. También contamos con un joven artista que hizo de presentador y sirvió como hilo conductor de la velada. Fue una experiencia maravillosa porque me brindó la oportunidad de volver a poner en escena el trabajo de mi padre. Así que tuvo un doble significado: el de hacer honor a esta gran mujer y su movimiento y también el tributo a mi padre. En realidad, la pieza se hizo en su origen como un homenaje a mi abuela paterna. Cuando mi padre regresó de Europa fue pleno Movimiento por los Derechos Civiles. Le afectó mucho lo que estaba ocurriendo y decidió escribir una carta de amor (en forma de baile) dedicada a su madre llamada “I told Jesus”. Años más tarde, el Kennedy Center solicitó a mi padre que creara un tributo a Rosa Parks al principio de los 90- desafortunadamente, la señora Parks no pudo asistir pero escribió una hermosa carta a mi padre que sigue siendo un tesoro hoy en día. En lugar de crear una pieza totalmente nueva, se le ocurrió adaptar la que hizo su madre para Rosa Parks. Cambió el título, introdujo un personaje de mujer caucásica que está en el autobús, mira a Rosa Parks como si estuviera loca y se sienta frente a ella. Es en ese momento  de frustración y cansancio en el que “Rosa”,  procede a bailar su solo. La historia gira en torno a esto y al final, de forma desafiante y con la cabeza alta, “Rosa” se vuelve a sentar. Así es cómo termina la pieza. Utilicé el mismo concepto, sinopsis y coreografía que mi padre.

Rosa Parks fue una mujer amable que creó un movimiento “tsunami”. Todavía seguimos hablando de ello y seguimos rindiéndole tributo. Cuando pienso en ella, sus poderosas palabras, su valor, su gracia e inteligencia surgen en mi mente. Se comportó de una forma magnífica aquel día en que cambió América. Su expresión es una muestra de la gracia que tenía. No estoy segura de haber actuado con esa dignidad si estuviera yo en su lugar.

P. T. “Coreo-poema” es un lema usado por Ntozake Shange para referirse a la unión de poesía y baile y que define las actuaciones del espectáculo For Colored Girls Who Have Considered Suicide/Whe the Rainbow is Enuf. ¿Utilizó usted el estilo “coreo-poema” para Suite Rosa? ¿Cuál es la visión artística tras este trabajo?

A. W. Existen similitudes entre el material literario de Shange y el activismo de Rosa Parks en el sentido de que ambos desean cuestionar las limitaciones socio-políticas impuestas a los Afro-americanos. Como usted dice, Shange escribió For Colored Girls, una hermosa obra de arte, pero yo no utilicé el estilo “coreo-poema”. Sabíamos que íbamos a usar la pieza que coreografió mi padre, ya teníamos eso en mente. A parte de la música, queríamos utilizar otro elemento con palabras habladas. Speak Williams trabajó el mensaje original que íbamos a introducir en el show. Nuestra idea era combinar diferentes elementos; música, canción, baile y prosa.

P. T. ¿Qué proyectos tiene para el futuro que pueda compartir con el público?

A. W. Estoy pensando asistir a unos debates sobre mi libro en Los Ángeles. También estoy preparándome para crear una adaptación solista de mis memorias que llevaremos a escena en Nueva York. Sería un espectáculo de una sola mujer con elementos multimedia en la coreografía. Vamos a tener que incorporar diferentes periodos de tiempo, desde los 60 a los 80. Ya he escogido al productor y a la directora. Mi otro “bebé” aparecerá en la gran pantalla. Estoy verdaderamente entusiasmada con esto.

P. T. Su libro es toda una joya. Es una labor de amor y de arte. Gracias por ofrecérnoslo. Para mí ha sido un placer realizar esta entrevista y le deseo mucho éxito con sus memorias y más allá. En realidad, me encantaría haber escrito yo su libro [riéndose alto].

A. W. [Se ríe] Yo también estoy contenta y es un honor para mí. He disfrutado mucho hablando con usted y respondiendo a sus terroríficas preguntas. Además, quiero que sepa que su sitio web es único, ¡lo adoro! Pienso que es fabuloso y me encanta su mensaje. La calidad de lo que está compartiendo es una verdadera maravilla, le deseo mucho y continuo éxito.

P. T. Igualmente y ¡muchas gracias otra vez! El inglés no es mi lengua materna pero me encantan los idiomas. Además soy una apasionada del arte y especialmente del baile, para mí esta entrevista ha sido un regalo.

A. W. Merci! « ¡Gracias! » [Se ríe]

P. T. [Riéndose bajito] Lo ha pronunciado bien.

El libro está disponible en www.amazon.co.uk, .com, .ca y en  www.barnesandnoble.com 

El sitio web oficial es www.notsoblackandwhite.com 

Para saber más sobre la historia de la señora Wilson, haga click aquí http://www.10tv.com/content/stories/2013/02/11/columbus-black-history-dancer-alexis-wilson.html 

 


SELECCIÓN DE CITAS SOBRE LA OBRA DE ALEXIS WILSON:

Alexis Wilson nos invita a conocer sus pensamientos y recuerdos de familia más íntimos con una elocuencia profunda, el lector quedará abrumado y motivado al mismo tiempo. Su historia, escrita de forma excepcional y expresada solemnbemente, abarca muchas cosas; entre ellas un viaje a través de la relación padre-hija. Como padre, ruego porque mi hija un día me abrace con gran estima, al igual que Alexis hace. NOT SO BLACK AND WHITE es una fuente de inspiración.” –Blair Underwood- Actor y productor que escribió este sorprendente prefacio para el libro de la señora Wilson.

NOT SO BLACK AND WHITE  es una autobiografía sorprendente sobre una infancia poco convencional. Una conmovedora reflexión sobre la vida, la muerte, el arte, el amor y la dedicación que llega al centro del verdadero significado de la familia. Le romperá el corazón y también le reconfortará, el libro de la señora Wilson es un espejo final en el que vemos nuestro propio humanismo y el infinito poder del amor.” Kasi Lemmons- Cineasta (“Eve’s Bayou”, “Something New”, “Black Nativity”, etc.), productora y actriz (“School Daze”, etc.).

¡NOT SO BLACK AND WHITE es estimulante! Alexis Wilson es una escritora excelente. Esta hija hace honor a su padre, cuyo camino he tenido la suerte de cruzar, compartiendo su vida y su amor por él. Billy Wilson enseñó a su hija el amor que ahora comprende por completo y que ha transmitido por escrito con elocuencia y pasión. Su padre luce esa sonrisa radiante y baila en el cielo con las estrellas. ¡Vuela, Billy!”- Chita Rivera- Bailarina e icono de Brodway, recibió la Medalla Presidencial para la Libertad de 2009.

Como Alcalde de Columbus, Ohio, y a pesar de todas las peticiones y notas en mi escritorio, no siempre me dejo impresionar sentimentalmente. Sin embargo, estas memorias escritas por la señora Wilson me han motivado de forma muy positiva. Este trabajo aporta fuertes estímulos y mucho apoyo. ¡Su carrera ha sido valiente y edificadora!”- Alcalde Michael B. Coleman. 

NOT SO BLACK AND WHITE es infinitamente cautivadora. Escrita de forma cinematográfica, te lleva sin esfuerzo a los momentos más íntimos y tiernos de la relación padre e hija fuera de los escenarios. Desde Harlem a Holanda, es un hermoso testimonio y tributo al amor irrompible.”- Victoria Rowell- Actriz premiada, escritora del bestseller del New York Times y abogado para niños en AECF.org

Vean otra entrevista sugerente: 

http://www.ohiochannel.org/MediaLibrary/Media.aspx?fileId=136525 

Fragmento de Not So Black and White:

“De igual modo que un baño de azul se fusiona ahora con la gama de rojos, naranjas y amarillos en un cielo de ocaso por encima de mis pequeñas palabras, tengo el don de flotar y divagar sobre mucho. Me deslizo hacia el sueño y recuerdo el reparto de los personajes que han interpretado papeles importantes en mi vida: mi madre, mi padre, mi hermano, Chip, Chi-Chi y otras pocas personas selectas. Me visitan con alegría y tristeza y trato de hacer encajar todas las piezas en mi mente. ¿De qué manera se han mezclado estas almas para hacer quien soy en este momento? Decido entonces, con una desesperación casi sofocante, imaginármelo antes de llegar al lugar donde nací. El sol ardiente me lleva a una indagación más profunda, una vuelta atrás y viajo en el tiempo. Como siempre, la voz reconfortante de mi padre suena en mi mente:

Puede que siempre sea un ingenuo pero seguiré vivo hasta el final. Quiero dejar a mis hijos el legado de la vida. Sabrán que han brotado de las entrañas de un hombre vivo. No libre de errores pero suficientemente libre como para cometer errores. Sano y vivo. Nada de disculpas, solamente unas pautas construidas desde lo mejor que poseo: yo.” 

(Tomado del diario de mi padre en Boston, el 10 de diciembre de 1972)

Por primera vez, vi mi mundo según esas tremendas palabras. Una luz blanca y cegadora me inundó y de repente el planeta se hizo tan inmenso. Puedo recordar el día, poco después de que falleciera en 1994, que la ausencia permanente de mi padre me golpeó el estómago tan fuerte e intensamente que pensé que iba a flotar hacia el cielo.

Andaba por ahí haciendo recados en aquel brillante y soleado día, con hombres que vestían cómodas camisetas color verde musgo desteñido, madres que paseaban en pantalón corto a sus recién nacidos y sus niños de tres años en la tienda de comestibles Giant Eagle.

Me cegó, me aplastó, el hecho de que mi padre ya no iba a volver. Se había ido de verdad. No solamente se había ido- ido de su casa, de su trabajo, a recoger su teléfono, de Nueva York y Nueva Jersey, de su país y de Europa- ya no estaba en ningún otro lugar de la Tierra. Correría a encontrarle a cualquier lugar de este planeta. Nunca más podré llamar su sabiduría, ni sentir la seguridad y el confort de sus palabras siempre ciertas, ni contar con el consuelo de que todo iría bien. Siempre ha estado ahí, a veces a millas, océanos, estados y países de distancia pero siempre ahí.

Dios, cómo lo he amado y admirado, me he sentido frustrada y motivada por él. Este dolor familiar de mi corazón me sigue visitando ahora y espero que nunca deje de hacerlo. La pérdida es dolorosa, pero nunca quiero olvidar el impacto de su recuerdo en mí. En aquel día soleado, haciendo mis recados y tratando de continuar mis actividades ordinarias, la vida me atrapó. Eso hace. Te golpea cuando menos te lo esperas y te dice, “¿Creíste que me olvidé de eso? Tu no lo has olvidado, ¿verdad?” A veces lo hace en el momento más difícil y solitario…sonriendo. Aquel día me agarró por la yugular y me sacudió. Yo me revolcaba pidiendo una explicación, algo de piedad. Entonces suavemente el dolor desapareció y me soltó. Oí la voz de mi padre, como me sigue pasando a veces, diciendo “Esto también pasará, Holly. Irá mejor. Sigue avanzando; hay trabajo por hacer. Tienes un excelente y estimulante camino ante ti. Solo es una parte del proceso, querida. La vida tiene lugar para todos. Y no te desanimes cuando no consigas todas las respuestas. Búscalas en lo gris. La vida no es tan negra ni blanca.”

Los recuerdos me llevaron más lejos, más profundo y de repente me golpeó la necesidad y la inconfortable urgencia de viajar en mi mente al lugar donde comenzaron todas nuestras historias. He adorado a mi padre, pero mi madre es quien me trajo a este mundo.”

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[1] Nota de la traductora: En inglés el término director permanece invariable, es decir, no tiene género femenino.

[2] Nota de la traductora: El término screenwriter en inglés también es invariable y no tiene forma de femenino.