Entrevista exclusiva con la gran periodista Lucie Pagé Imprimir
Escrito por Patricia Turnier   
Miércoles 11 de Septiembre de 2013 16:33

ucie Pagé es conocida por sus escritos principalmente en Quebec y en África del Sur. Nació en Nueva Escocia el 29 de noviembre de 1961. Novelista, periodista, realizadora, investigadora, documentalista, Lucie Pagé obtuvo en 1985 un título de periodismo en la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM). Posteriormente se instaló durante un año en Asia, donde realizó un reportaje sobre Nepal. Más tarde, trabajó durante varios años como periodista e investigadora en diversos programas de Radio-Canadá (Contrechamp, Le Magazine Économique, etcétera) tanto en radio como en televisión. La señora Pagé ha aparecido en varios programas, por ejemplo se le ha visto en Quebec en el muy popular Tout Le Monde en parle de Radio-Canadá. También trabajó para Télé-Québec, donde realizó varias películas y documentales del programa L´indice, Visa Santé y Nord-Sud. En 1990 se convirtió en la corresponsal de Radio-Canadá en África del Sur, en el corazón del régimen de segregación racial (apartheid) y ahí permanecerá hasta 1999. Desde entonces va y viene entre Quebec y África del Sur.

Durante estos últimos años, como realizadora, la Señora Pagé ha producido muchos documentales, particularmente sobre la violencia hacia las mujeres y los cantos de liberación de África del Sur. Como corresponsal de Radio-Canadá y, adoptando un tono íntimo, la Señora Pagé nos ha entregado sus experiencias de estas últimas dos décadas y nos ha mostrado la vida africana cotidiana: tanto las bellezas como las desgracias. Los libros de esta novelista se dirigen tanto a esos que cierran los ojos a todas las manifestaciones de intolerancia como a los ciudadanos del mundo. Esta periodista ha sido testigo privilegiado de la emancipación de los bantúes sudafricanos. Sus obras abordan las condiciones que condujeron al final del apartheid y la fuerza de voluntad de ese pueblo. Se trata de un largo período histórico, de la escritura de una página importante de la historia. La convicción y también la humildad y sabiduría de Mandela le permitieron, a pesar de todos los obstáculos levantados frente a él, creer en una causa justa. Lucie Pagé vivió de cerca la liberación de Nelson Mandela, su ascensión a la presidencia y su retiro de la vida pública. A este respecto, sus obras nos permiten entender mejor la realidad de África del Sur desde su interior. Múltiples son los temas abordados en sus libros: el desgarramiento y la culpabilidad de una madre que se separa de su hijo, las relaciones interraciales, la colisión de culturas, la situación sociopolítica durante el régimen del apartheid y el post-apartheid, la misoginia, las dificultades en el nivel de conciliación trabajo-familia, las desigualdades sociales, las condiciones de trabajo de los independientes, etcétera.

Convertida en figura conocida de Quebec, la señora Pagé publicaba regularmente en el diario La Presse y la revista L´actualité. Es importante hacer notar que esta periodista está abierta a todo el mundo: trilingüe, habla inglés, francés y español. Las obras edificantes de esta dama son muy vendidos (best-sellers) y difundidos en varios países. Por ejemplo: Mon Afrique se vendió muy bien en Quebec y se tradujo al inglés con el título de Conflict of The Heart. Cabe señalar que Mon Afrique fue objeto de un documental de la cadena TV5. En 2005, después de dos años de redacción, la Señora Pagé sacó al mercado Eva, una novela sobre la vida de una pareja: ella blanca, él negro. Esta novela de amor sobre el tema del apartheid vendió más de 20000 ejemplares en Quebec. En 2006, publicó Notre Afrique, un libro acerca del papel de África en el mundo contemporáneo, sobre el estado y la situación en África del Sur después de 10 años de democracia y sobre el matrimonio mixto.

Lucie Pagé ha escrito cerca de mil reportajes/documentales/artículos/conferencias sobre, principalmente, su país adoptivo: África del Sur. La novelista fue Presidente honoraria del Salón del libro de Ottawa en 2004. Ganó el concurso de periodismo de Montreal (1985) y dos nominaciones al premio “Gémeaux” (2000) (por ejemplo, por La route des chants de libération d’Afrique du Sud). Su trabajo fue destacado con una mención especial en el Festival “Vues d´Afrique” 1991 por su documental sobre la salud en África del Sur, así como por el “Festival des films de l´Afrique australe” 1993 por su documental sobre la violencia hacia las mujeres When Love Hurts. En 2004, se le otorgó la medalla de plata (categoría Salud) y una mención honorífica (categoría Sociedad) del “Prix du magazine canadien” por su artículo sobre el Phelophepa. A este respecto, a lo largo de su carrera, la Señora Pagé nos ha mostrado a los Sud-Africanos como un pueblo de inventores -80 patentes concedidas cada mes, de las que 12 lo son en el mercado internacional. Entre las innovaciones atribuidas al Phelophepa, se encuentra el “tren de vida”, que recorre 36 ciudades de África del Sur ofreciendo servicios médicos. “Esta es una historia de éxito: ellos han llegado a más de un millón de personas que de otra forma no tendrían esta atención” dice ella.

En su vida privada, la Señora Pagé se casó tres veces con Jay Naidoo en tres continentes (específicamente en Asia: India, en África: África del Sur y en América: Quebec). El señor Naidoo era uno de los activistas que combatían el régimen del apartheid, sindicalista, ministro de telecomunicaciones durante el gobierno de Nelson Mandela. En 2007, fue nombrado Caballero de la Legión de Honor en Francia.

En resumen, la señora Pagé ejerce su profesión de periodista y novelista con pasión y rigor. Lucie Pagé es una mujer que utiliza un lenguaje directo1 y rompe tabúes. África es uno de sus caballos de batalla con cuyo conocimiento hace campaña para redorar los blasones de un continente mal amado que juzga víctima de un “apartheid mundial”. Las obras de Lucie Pagé son cautivadoras e impregnadas de sagacidad. Sus autobiografías se leen como una novela, que es la marca de la señora Pagé. Sus trabajos deberían traducirse a muchos idiomas. A guisa de conclusión, esperamos impacientemente las próximas contribuciones de esta novelista. Nosotros hemos tenido así el placer, queridos lectores, de encontrar a la Señora Pagé el 12 de abril del 2010 en Montreal en su bella propiedad. La entrevista ha tenido lugar en su salón, donde destacan una magnífica tela sudafricana, una estatua del insigne Nelson Mandela y de Gandhi.

Conceptos recogidos por la redactora en jefe, Patricia Turnier, LL.M (Master en derecho).


[Traduciones del francés por Dr. Efraín Chavez, Ph.D. en física]


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P.T. ¿A partir de cuándo se desarrolla su pasión por la escritura?

L.P. A lo largo de toda mi vida he leído periódicos, revistas, etcétera. Desde mi infancia deseaba escribir en los periódicos. Mis viajes durante mi juventud (entre los 18 y 20 años) me incitaron a pasar a la acción. Comencé a escribir en los periódicos de mi GÉGEP. Después obtuve un título en comunicación de la UQAM y mi carrera de periodista debutó. Por otro lado, en lo que toca a mi libro, fui abordada en 1995 por André Bastien, editor de “Libre Expression” [que pertenece a Québécor Média]. Me pidió que escribiera un libro sobre mis vivencias. Había oído hablar de mi recorrido personal y profesional desde 1990. En ese momento pensé que no tenía nada que contar y me negué. Le dije que si había algo que escribir, se haría cuando Mandela ya no estuviera en el poder. Yo habría así vivido lo que se conoce como la Era Mandela: de su liberación al final de su vida pública.

En 1999, después de dos o tres llamadas, acepte. Ya me sentía lista a escribir. Quería relatar la transición de África del Sur en el nivel social, político, etcétera. Deseaba ser parte de los milagros que surgieron como consecuencia de las diversas negociaciones que ocurrieron en ese país. El editor estaba empeñado a ocuparse de mi historia. Yo seguía pensando que no tenía nada que decir. André Bastien quería que hablara de mi pertenencia compartida entre dos continentes. Le respondí que nadie se interesaría. Soy periodista y jamás he usado el “yo”.

P.T. ¿Se trataba de una elección difícil y vivió momentos en los que la escritura de su obra fue dolorosa?

L.P. Era como una terapia, que resultó muy difícil. Fueron necesarios cinco años para que me pudieran convencer de escribir sobre mi vida. Johanne Guay, mi editora, Luc Chartand y André Bastien me incitaron a abrir las páginas de mi vida. Una de las razones principales que me impulsaron a aceptar fue la de tener la maravillosa oportunidad de hablar de un período histórico crucial concerniente notablemente a la Era Mandela.

Al principio, mientras mantenía mis reservas, mis editores me recordaron que ya existían varios libros académicos sobre África del Sur. Querían que escribiera un libro con un lenguaje simple y común. Es propio del periodismo que uno se preocupe por que todo el mundo tenga acceso a la información. Un niño de 12 años puede entender mis libros. Hablo con mis emociones. Digo frecuentemente que he escrito Mon Afrique con mi cabeza de periodista, mi corazón de madre y mis entrañas de mujer. Los editores no querían que me autocensurara y se los tomé al pie de la letra, lo que dio lugar a un manuscrito de 1200 páginas [risas]. Evidentemente reduje mi escrito posteriormente.

P.T. Si bien Mon Afrique es una autobiografía, se lee como una novela. Espero que algún día se haga una película de ella.

L.P. En el 2008, se hizo un documental sobre mi libro titulado L´Afrique dans la Peau2 que fue difundido, entre otros, por TV5. Para hacer una película se requiere un gran presupuesto. Yo preferiría ver primero Eva transformarse en largo metraje. También me gustaría que Eva fuera traducida al inglés para que, antes que nada, mi marido pueda leerlo.

P.T. No es trivial desnudarse en el papel.

L.P. En efecto, André Bastien y un colega Luc Chartrand, gran periodista, acabaron por convencerme de escribir mi historia. Cuando entregué la primera versión, se encontró que los detalles sobre de mi vida eran muy lacónicos y me pidieron que los desarrollara. Me da gusto haber seguido sus consejos, tenían toda la razón. Luego de la aparición de Mon Afrique recibí miles de cartas. Los lectores apreciaron mucho mi apertura y la ausencia de Tabúes. Mi lenguaje es directo. La honestidad es uno de mis valores y no oculto mis debilidades. Me imagino que el público se da cuenta y le agrada.

No es fácil hablar de depresión, como lo hice en mi primer libro Mon Afrique. Todavía es Tabú. Soy directa y digo lo que pienso. Desde el punto de vista histórico, en el curso de los años hice investigaciones sobre el período del apartheid y el post-apartheid. Y así, una novela se fue dibujando en mi cabeza. Cuando ofrecía conferencias una pregunta aparecía con frecuencia: ¿Cómo se vive bajo un régimen de apartheid? La respuesta fue Eva, mi segundo libro, una novela histórica (que cubre el período de 1964 a 1990) con carácter sentimental. Se trata de quince años de investigaciones donde me ocupo, entre otras cosas, de los escuadrones de la muerte del gobierno bajo el régimen del apartheid (“Eugène Coetzee” es un nombre ficticio en la novela, compuesto de dos nombres asociados a esos escuadrones de la muerte: Dirk Coetzee y Eugene De Kock). Hubiera podido escribir mis libros en forma de reportaje, de manera académica, pero preferí vulgarizarlo para asegurarme un mejor acceso al público. Y escribí mi libro de forma que no fuera pesado ni árido. Los capítulos más políticos tenían un toque personal en relación con mi vida. Busqué mantener un ritmo dentro del género didáctico. De esta forma nació Eva. Notre Afrique vino después, porque recibí miles de peticiones para que escribiera la continuación de Mon Afrique, que tuvo el efecto de bola de nieve.

Para concluir, desde mi infancia tuve un gran interés por la escritura que se desarrolló a lo largo del tiempo con el apoyo de mi entorno y mis colegas, particularmente Luc Chartrand. Los comentarios y cuestionamientos de mi público representaban también para mí una fuente de inspiración para escribir mis novelas.

P.T. Usted ha optado, para la escritura de su obra, por un estilo comprometido. ¿Podría hablarnos y compartir con nosotros lo que esto representa para usted?

L.P. No me considero comprometida políticamente. Agregaría que no milito en ninguna organización. En cambio, me considero comprometida con la causa de las mujeres. Mis documentales hablan por ellos mismos. Mi primer película Toutes les 83 secondes habla de las violaciones en África del Sur. 95% de las víctimas son negras. Luego de mis investigaciones descubrí que no se había hecho nada. ¿Por qué? Pues bien, porque las víctimas son negras [silencio]. Me sentí indignada y decidí hacer algo, porque hay que hablar para concientizar a la gente. De hecho, la violación y la violencia doméstica son fenómenos mundiales independientemente de raza y condición social. La igualdad entre hombres y mujeres no debiera ser sujeto de debate, debiera ser algo natural. Hay, desgraciadamente, todavía injusticias flagrantes.

P.T. En lo que concierne a sus obras, ¿cuáles son los comentarios de sus lectores que la han tocado más profundamente?

L .P.  “Al fin se entiende algo sobre África del Sur”
          “Al fin alguien que habla con su corazón”
          “Yo nunca había leído una obra antes de Mon Afrique y ahora leo libros”

Creo que la gente ha sobre todo apreciado mi franqueza. Cuando me paseo, la gente me aborda y me dice: “he vuelto a leer Mon Afrique y cuando siento que me falta el coraje, lo releo”. Hay una mujer que me confió haber estado en el hospital por un año enferma de cáncer. Leyó Mon Afrique y me vino a ver al Salón Internacional del Libro de Quebec en silla de ruedas para decirme que le había infundido coraje y hoy esta mujer está en remisión. Me dijo que Mon Afrique había despertado en ella el deseo de vivir.

P.T. ¿Cuáles han sido las consecuencias de su documental Every 83 seconds (“Cada 83 segundos”), del que nos habló un poco antes?

L.P. Muy buenas y positivas. Por ejemplo, conocí a la nieta de Mahatma Gandhi, Ela Gandhi. Me hizo una entrevista y cuando supo que yo era la autora de Every 83 seconds, me tomó de las manos y me dijo “si supieras de qué manera tu documental ha ayudado a las mujeres ¡Es algo que ha roto el silencio!” Es un honor para mí recibir semejantes comentarios. El problema permanece oculto si no se habla de él. Es necesario denunciar a los agresores: Padre, hermano, esposo… Un acta de matrimonio no es un permiso de violación. Hay mujeres que se creen obligadas a obedecer a sus parejas porque son sus maridos. Lo lamento, pero las mujeres tienen derechos. Hay hombres sudafricanos que se ofuscan y me dicen que me meto en su cultura. Hay también quien hace una amalgama entre la cultura y la hegemonía sobre las mujeres. En otras palabras, la cultura no tiene nada que ver con la misoginia. Ela Gandhi me dijo que mi documental ha dado el coraje necesario a algunas mujeres para detener el ciclo de la violencia. ¡Una de ellas era sodomizada todos los días! Después de ver mi documental, denunció a su marido, abandonó su hogar y se hospedó en un refugio para mujeres.

P.T. Hay gente que comprende muy difícilmente porqué las mujeres permanecen en esas situaciones, pero hay mucho chantaje emocional donde el consorte amenaza con quitarles los hijos, etcétera.

L.P. Sí, efectivamente y yo me ocupo de todos estos ángulos en mi documental. La razón principal que detiene a estas mujeres es la financiera. Esta situación existe en todas las sociedades. Una mujer de cada tres en el mundo ha sufrido o sufrirá violencia. Es triste constatar que en el 2010, el género femenino debe todavía pelear por hacer saber que es un ser humano. La mujer no es propiedad privada de nadie.

Recientemente escuché en un medio local: “¿Hay todavía necesidad del 8 de marzo para celebrar a las mujeres?” Por poco me desmayo3. Hay personas que prefieren vivir con un velo. Para regresar al 8 de marzo, no sólo lo necesitamos, sino también un 9, 10 de enero o febrero. Mis hijos me ven reaccionar cuando oigo comentarios irresponsables acerca de las mujeres. Esta situación crea debates en mi hogar y me resulta importante hacer conciencia en los jóvenes. Es a través de la educación de la juventud que las cosas pueden cambiar. Mis hijos no serán racistas, homófobos, misóginos ni nada parecido. Quiero que estén contra toda forma de opresión. Han podido conocer personas de todos los horizontes: Mandela, el Dalai Lama, etcétera. Ellos tienen en su propio hogar a mi esposo como ejemplo, quien fue un gran activista, militante antiapartheid y autor de su propio libro Fighting for Justice. Cuando le quedaban pocos días de vida, sufría de tuberculosis, una gran mujer sabia de origen Indio vino y realizó unas plegarias. Dijo que no moriría porque es un “Mahatma”. Sus palabras me produjeron escalofríos. Tenía razón, todavía está con nosotros.

P.T. ¿Cuál es su apreciación general de la era post-apartheid en África del Sur y cuáles son, según usted, los nuevos retos a enfrentar en ese país?

L.P. Hablo ya mucho del período post-apartheid en Mon Afrique. Muchas cosas han ocurrido con la llegada de la democracia, particularmente durante estos últimos quince años. Entrevisté en el pasado a Nadine Gordimer, que ganó el Premio Nobel de literatura en 1991. Ella decía que a los que critican la existencia de personas sin hogar en el país diez años después del final del apartheid, hay que replicarles que en el occidente hay también personas en la calle, crimen y desigualdad. Hubo 350 años de racismo en África del Sur, entonces las cosas no pueden transformarse rápidamente. Esto puede tomar más de dos generaciones. Personalmente, he observado grandes cambios de 1990 al 2000. Personas de todos los orígenes se mezclan. Visité, por ejemplo, Zimbabwe, que es independiente desde hace 30 años y todavía los blancos y los negros no se mezclan. En África del Sur, se ve la realización del sueño “arc-en-ciel” propuesto por el arzobispo Desmond Tutu. Este país apunta a la democracia multirracial. Existen, obviamente, retos a enfrentar: la violencia, el SIDA (donde el activista Zackie Achmat, seropositivo, presidente de "Treatment Action Campaign" milita por la causa), la adquisición de un mayor poder económico por los autóctonos, etcétera. Estos retos, desde mi punto de vista, no son irremontables, aún si toma tiempo. Habrá que aprovechar los progresos diversos iniciados a partir del período post-apartheid sobretodo en el ámbito de la educación. Voy a parafrasear un célebre proverbio africano:

“Educar a un hombre es educar a un individuo, educar a una mujer es educar a toda una sociedad, porque la mujer, pilar de la familia, es el vector de la cultura, el lenguaje, la historia, la tradición…”

P.T. Por lo que veo, usted no es afropesimista.

L.P. Para nada.

P.T. Compártanos brevemente sus impresiones sobre las personalidades siguientes que usted ha frecuentado o entrevistado:

P.T. Walter Sisulu

L.P. Era uno de los hombres más grandes del mundo y mentor de Mandela. Lo guió desde su juventud y le comunicó que era el hombre del momento para África del Sur. Sisulu amaba trabajar a la sombra, era el cerebro de la ANC. Poseía las tres grandes cualidades de líder: Integridad, Humildad y Compasión.

P.T. Nelson Mandela

L.P. El es extraordinario y tiene las tres grandes cualidades que vengo de mencionar para Sisulu. Está dotado de un gran carisma y muy alegre. Se trata de un hombre de paz y de justicia, profundamente humano. Por ejemplo, la primer cosa que dijo luego del 11 de septiembre del 2001 fue: “hay que negociar con el enemigo Al-Quaida”. Para él no hay paz durable sin la participación de todas las partes implicadas en la problemática. Es lo que aplicó en su propio país al involucrar a todas las posturas adversas para encontrar soluciones. Propicia el diálogo y considera que es deber de todo el mundo hacer concesiones y comprometerse. Mandela ha sabido ser un gran ejemplo de pacifismo y de harmonía para el mundo entero. Es el único hombre vivo en el planeta a quien Canadá le otorgó la ciudadanía canadiense a título honorífico.

Mandela es un hombre que se interesa en los demás y que tiene sentido del humor. Cuando mi hijo era pequeño, le mencionó que se acordaba de él. Mi hijo le respondió: “yo también me acuerdo de ti” y Mandela le dijo: “¡ah! ¿Sí te acuerdas de mí? ¿Cómo es posible?” [risas]. Esto es una muestra de su humildad. Cuando estaba en la transmisión de Oprah estando en la sala de maquillaje, preguntó cuál sería el tema del programa. La maquilladora le contestó que el tema era él. A lo que respondió: “¿sólo yo?” [risas].

P.T. El Dalai Lama.

L.P. Ese líder espiritual es muy tierno y dulce. También es humilde, íntegro y compasivo.

P.T. Fidel Castro.

L.P. El es muy controvertido pero yo comprendí su poder cuando comí una tarde con él donde había una centena de invitados. Yo estaba sentada en su mesa de honor. Hizo un discurso en español. Nadie entendía lo que decía, pero todos lloraban. Se trata de un hombre poderoso dotado de un carisma innegable. Apoyó a Mandela a través de su lucha anti-apartheid.

P.T. El matrimonio Clinton

L.P. Se trata de una pareja fascinante. Cuando conocí a Hillary Clinton, había visitado durante todo el día proyectos de mujeres. Percibo a la Señora Clinton como una mujer ambiciosa con una cierta sed de poder y con “cabeza sobre los hombros”. Bill Clinton ha aceptado haber sido transformado en el plano personal gracias a Mandela. Cosa que yo he constatado por otro lado. En su 80° cumpleaños, Bill Clinton se comprometió ante nosotros a consagrar una parte de su vida a favor de la lucha contra el SIDA y todavía hoy sigue cumpliendo su palabra. Es una pareja especial. Los dos son ambiciosos. En mi opinión, esto puede ser al mismo tiempo positivo y negativo. Veo las dos caras de esta moneda.

P.T. El arzobispo Desmond Tutu

L.P. Este hombre puede expresarse en cualquier idioma y siempre me provocará escalofríos. He aquí un hombre íntegro. Tiene una gran compasión y está contra toda forma de intolerancia: la homofobia, etcétera. Además, la constitución sudafricana es una de las más avanzadas del mundo.

P.T. Vamos a hablar más de Nelson Mandela. Usted estaba presente como periodista en el momento de su investidura presidencial en 1994. ¿Qué sintió durante este evento histórico que le tocó cubrir?

L.P. Para mí, el planeta acababa de atestiguar uno de los pasos más grandes de la humanidad. Había unas 150000 personas, aviones, helicópteros, etcétera. Los militares se encontraban en el cielo con todo tipo de colores. Entre ellos había gente que en el pasado estaba lista para matar. No creíamos a nuestros propios ojos y teníamos la impresión de presenciar un milagro.

La nueva bandera que flotaba me impactó. En ese momento no significaba nada porque los blancos tenían su bandera y los negros la suya. Se trataba del nacimiento de un país y de la llegada de un símbolo de unidad. África del Sur tiene once idiomas oficiales. Aquí, tenemos problemas con dos. Yo estaba muy emocionada y lloré en la ceremonia de investidura. De hecho todo mundo lloró. Castro estaba presente y se le veía conmovido.

P.T. ¿Cuáles son los escritores sudafricanos que el gran público debería descubrir?

L.P. Deon Meyer escribe novelas de suspenso sudafricanas extraordinarias (también es el experto en cómputo de su sitio), Rian Malan (un Africaner) que escribió My Traitor´s Heart y Justice Malala. Estuve recientemente en Rwanda y descubrí que varios autores nacieron como consecuencia del genocidio porque tienen algo que decir. Es un poco el mismo fenómeno que observo en África del Sur en el período post-apartheid. Surgen muchos autores de todos los orígenes. Antes, los negros no tenían el derecho de escribir o les obligaban a usar un pseudónimo, esto lo menciono en Eva. La literatura crea magia en África del Sur. Lo mismo está pasando en otros dominios artísticos que son extremadamente ricos: la pintora, la música, el teatro, la artesanía, la danza, etcétera.

P.T. ¿Cuáles son sus nuevos proyectos que pueda compartir con nosotros?

L.P. Mi próxima novela (que saldrá en octubre editada por “Libre Expression”) será una fábula social que habla de dos grandes temas: el racismo y la homofobia. Tengo muchos amigos homosexuales y vivo un matrimonio interracial. Por consecuencia estos temas me llaman. Encuentro inaceptable que la gente sea juzgada por ser diferente y que no tengan las mismas oportunidades en la vida por esa razón. Me empeñaré en militar hasta el fin de mis días por la justicia humana. Todo el mundo tiene el derecho a ser tratado dignamente. La piel no es más que un envoltorio. Hay gente malvada y deshonesta en todas las razas, sexos, clases sociales, religiones, etcétera. Por ejemplo, durante esta entrevista ya mencioné a mi personaje Eugène Coetzee (de mi novela Eva) basado en la vida real de dos policías del apartheid que hacían barbacoa de seres humanos sin ningún remordimiento y sin faltar a misa todos los domingos.

Regresando a mi próxima novela, que se llamará Encore un pont à traverser4 inventé un lugar donde existe una forma de discriminación (apartheid). Una revolución negociada va a ocurrir en este lugar. Los dos héroes principales de mi obra son Mazaire y Mazilda, gemelos. También incorporé en la trama de la historia problemáticas contemporáneas: el multiculturalismo, la globalización, la mezcla de parejas.

P.T. ¿Qué consejos daría usted a los jóvenes que quisieran seguir sus pasos en tanto que escritores, periodistas o realizadores?

L.P. Cualquiera que sea su elección de carrera, ha que sentir pasión por ella. No se debe optar por una profesión porque su padre o madre lo desea. La elección de la materia de trabajo es como un matrimonio. De hecho, es un matrimonio profesional. No se debe uno despertar todas las mañanas de la semana para ir a hacer algo por obligación. No deben cegarse por el salario. Nadie sale de este mundo con su portafolio, no hay que olvidarlo. Así es importante hacer lo que se siente interiormente. Ya en lo que concierne propiamente al periodismo y la realización, se debe hacer con integridad. Para mí, se trata del valor planetario más importante. Si no hubiera corrupción, se acabaría la pobreza. En lo que toca al dinero, con frecuencia digo a mis hijos que les pueden robar cualquier cosa en la vida: los muebles, la casa, etcétera, pero nadie podrá quitarles lo que han aprendido. Así, uno de los mejores consejos que estoy en posición de dar a los jóvenes es el de adquirir una educación que sirva de base para todo. No se puede tampoco robar la pasión. ¡Con pasión creo que todo es posible! Se debe entonces seguir a su propio corazón y hacer su camino con honestidad a fin de poder dormir en la noche. La pasión es una riqueza invaluable. Pienso que en ese sentido el Occidente a perdido algo, que no es el caso de África. Aquí, se mide la riqueza con el verbo “tener”. Allá se evalúa con el verbo “ser”. Hay que insistir en esto, es la esencia de todo. No se tiene más que abrir el Bescherelle5 y el primer verbo que vemos es "avoir". Sin embargo, no podemos hacer nada sin "être" primero6. Mis hijos han visto en África a gente que tiene menos medios materiales que en Occidente, pero han podido observar su sentido para compartir y la importancia de darle lugar al otro con una sonrisa. La riqueza está en el intercambio de cultura y tradición. Lucharé siempre por eso.

P.T. ¿Con qué palabras quiere terminar?

L.P. Con pasión ¡todo es posible!

P.T. Gracias señora Pagé por esta muy bella entrevista y por habernos permitido entrar en el universo de su próxima novela. ¡Ha sido un honor entrevistarla!


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Las obras de Lucie Pagé

Afrique (Mon), 2001, reeditada en 2004 y 2009. Esta obra fue publicada en África en el 2004 bajo el nombre de Une femme au cœur de l’apartheid

Eva, 2005

Afrique (Notre), 2006

Las obras de Lucie Pagé se encuentran disponibles en www.amazon.ca y .fr

Algunos documentales de la señora Pagé:

- La route des chants de la libération (que recibió una nominación al premio Gémeaux en 2000)

- Every 83 seconds… (realizada en 1992)

- When Love Hurts (que recibió una mención especial en el Festival des films de l’Afrique australe en 1993)

- Voyage sonore à Robben Island (realizada en 1997)

Algunas citas famosas de Lucie Pagé:

"el racismo no debe ser tolerado, sino combatido concretamente"

"El racismo se enseña, se aprende, se transmite. No se nace racista, se convierte en uno. Y es la razón por la que puede ser erradicada, no importa dónde plante sus raíces"

"En la medida que se conecte, los niños pueden tener acceso a bibliotecas, a la información. La tecnología es un elemento llave de acceso al saber y por tanto de acceso al poder. Y es necesario que alcance a las mujeres que paren, que llevan el agua, que cargan los bebés, las familias… Es necesario educar a la mujer”, afirma Lucie, que cita un proverbio africano para ilustrar su dicho: “Cuando educas a un hombre, educas un individuo, pero cuando educas a una mujer, educas a una familia, a una nación"

"El occidente persiste con arrogancia a describir el continente africano muy negativamente. Es necesario hacer justicia sobre lo que ocurre realmente en África"

Un extracto impactante de Mon Afrique (página 220):

“Mandela antes de volar a Oslo la noche del 6, vendrá a cenar con nosotros, entre el medio día y las catorce horas. Finalmente, puedo planear la comida… Ordeno un pastel con los colores de Quebec y de la ANC, azul y blanco de un lado, amarillo, “negro” y verde del otro. Mi madre, evidentemente, no sospecha nada.

La mañana del gran día, Loulou (la empleada de la casa) se toma la mañana libre, quedándose en cama a leer. Voy a decirle que debería levantarse y prepararse.

-¿Prepararme para qué?

-Tenemos una sorpresa para ti. Te daremos tu regalo de la fiesta hoy en lugar de mañana.

-¿Cuál es la sorpresa?

-Una comida privada con Nelson Mandela.

-¿Qué cuentos cuentas?

-Te digo que vas a cenar con Mandela, así que ¡levántate y apúrate! Llegará aquí en tres horas.

Loulou me miraba completamente incrédula, como si la estuviera bromeando. Se siente casi insultada, porque no se bromea con una cosa así.

-¡Deja de engañarme!

-No, te digo, ¡viene a cenar!

-¿Aquí?

-Sí, aquí.

¡-Ya basta! No eres nada graciosa!

Durante quince minutos, de tiempo precioso cuando hay todo que organizar, Loulou y yo casi nos gritamos. No me quiere creer en absoluto. Piensa que me quiero hacer la graciosa. Siempre he sido la bromista de la familia. Cosa que ahora se vuelve en mi contra. Entonces le digo que debo comenzar a arreglar la casa y que si ella quiere realmente recibir a Mandela en camisón de noche, toda arrugada, allá ella y abandono su recámara.

Ella viene a verme.

-¡Pero es en serio!

-¿Por qué crees que fui a buscar la cámara de video al instituto ayer? (es una cámara que usan los profesionales y con la que enseñamos periodismo). Llega al medio día, así que ¡APÚRATE!

Es el pánico total. Se da finalmente cuenta que no estoy bromeando.”

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1 N. del T.: en el texto original se usa la expresión coloquial “qui bannit la langue de bois” que se refiere a una forma vaga de expresión con la intención de evitar un tema directamente.
2 N. del T. África en la piel.
3 N. del T. La expresión coloquial utilizada en el texto original es “J’ai voulu sortir de mes gonds”
4 N. del T. “Otro puente que atravesar”
5 Popular libro en el que se encuentran todos los verbos y sus conjugaciones en francés.
6 “Avoir” y “être”, son los verbos tener y ser o estar en francés.